jueves, 4 de octubre de 2012

EGO Y NO-EGO

Dentro del sistema tántrico, cualquier placer mundano, cualquier experiencia de los sentidos, cualquier circunstancia en este mundo, cuando se aplica la sabiduría, puede convertirse en una oportunidad para la iluminación. Hemos visto que sabiduría (pragna), implica no-exclusividad, no apego, el principio de relatividad, sunyata.
El mayor obstáculo es el ego. Según el pensamiento budista, el ego, o mejor dicho, la percepción de nuestro propio "yo", es la raíz de todos los problemas y sufrimientos. Cuando los budistas hablan del ego, se refieren a la creencia ilusoria en una entidad separada, concreta, sólida, independiente y desconectada de cualquier otro fenómeno. Naturalmente, en este sentido, el ego se convierte en una barrera insuperable entre uno mismo y el resto del mundo, impidiendo toda verdadera comunicación y comunión, no sólo con los demás sino también con lo más profundo de uno mismo. Esta barrera debe ser demolida, y éste el el problema principal en el camino a la liberación.
Así, el propósito no es tanto la disolución del ego como la disolución del punto de vista falso sobre el ego; y lo que debe lograrse es una apertura a todas las posibilidades que se presenten, y, sobre todo, la comprensión de que somos infinitamente más de lo que creemos ser cuando nos identificamos con nuestro pequeño ego concreto.
Cuando nos hemos liberado de la esclavitud de nuestro mundo egocéntrico, tenemos potencialidades ilimitadas; como dirían los budistas, podemos convertirnos en un buda.

Radmila Moacanin -