domingo, 20 de enero de 2013

El canto de Mahamudra (su camino tántrico) - Tilopa




Mahamudra está más allá de todas las palabras
y los símbolos,
pero para ti, Naropa, leal y sincero,
debe esto decirse:
El vacío no necesita apoyo,
mahamudra descansa en la nada.
No haciendo esfuerzo,
sino sino permaneciendo simple y natural,
uno puede romper el yugo
y ganar por tanto, la Liberación.

Si uno ve la nada mientras contempla el espacio;
si con la mente uno entonces observa a la mente,
uno destruye las distinciones
y alcanza el estado de Buda.

Las nubes que vagan por el firmamento
no tienen raíces ni hogar;
tampoco los distintos pensamientos
flotando por la mente.
Una vez que la mente del Ser es contemplada,
las distinciones cesan.

En el espacio, se forman figuras y colores,
pero ni el negro ni el blanco tiñen el espacio.
Todas las cosas emergen de la mente del Ser,
la mente, por las virtudes y vicios, no se mancha.

La oscuridad de siglos
no puede ocultar el brillante sol;
tampoco los largos Kalpas del samsara
pueden ocultar la luz esplendorosa de la Mente.

Aunque palabras son pronunciadas
para explicar el Vacío,
el Vacío es tal, que no puede ser expresado.
Aunque decimos: La Mente es una luz brillante,
ésta trasciende las palabras y los símbolos,
aunque la Mente es en esencia el vacío,
ésta contiene y abraza todas las cosas.

No hagas nada con el cuerpo, relájate;
mantén la boca cerrada y en silencio permanece;
vacía tu mente y piensa en la nada.
Como un bambú hueco abandona tu cuerpo.
Sin dar, sin hablar, mantén tu mente en descanso.
Mahamudra es como mente que a nada se apega.
Practicando esto, a su tiempo alcanzarás
el Estado de Buda.

La práctica del mantra o paramita,
la instrucción en los sutras y preceptos
y la enseñanza de escuelas y escrituras,
no proporcionarán el conocimiento de la Verdad Innata.
Pues si la mente llena de deseo
busca una meta
ella oculta la Luz.

Aquel que guarda los preceptos tántricos,
sin embargo hace distinciones,
traiciona el espíritu del samaya.
Cesa toda actividad, abandona todo deseo,
deja que los pensamientos surjan y caigan
tal como las olas en el mar.
Aquel que nunca daña al deshabitado
ni al principio de la no-distinción,
mantiene los preceptos tántricos.

Aquel que abandona los anhelos
y no se apega a esto o lo otro,
percibe el significado real de las escrituras.

En Mahamudra todos los pecados se incineran;
en Mahamudra uno es liberado en la prisión del mundo.
Esta es la suprema antorcha del Dharma.
Los que no creen, son tontos,
que para siempre se empantanan en el sufrimiento.

Para luchar por la liberación
uno debe depender de un guru.
Cuando tu mente reciba sus bendiciones
la emancipación estará a tu alcance.

¡Oh! Todas las cosas de este mundo son insignificantes,
no son más que semillas de dolor.
Las enseñanzas pequeñas te conducen a la acción,
uno debe sólo seguir las grandes enseñanzas.

Trascender la dualidad es la visión regia.
Conquistar las distracciones, la práctica real.
El camino de la no-práctica es el sendero de los Budas.
Aquel que transita tal camino alcanza el estado del Buda.

Pasajero es este mundo,
tal como los fantasmas y los senos, sin sustancia alguna.
Renúncialo y abandona a tus parientes,
corta los cordones de la lujuria y el odio
y medita en las selvas y montañas.

Si permaneces sin esfuerzo
en estado simple y natural,
pronto a Mahamudra ganarás
y obtendrás lo no-obtenible.

Corta la raíz del árbol y las hojas se secarán;
corta la raíz de tu mente y el samsara se desvanecerá.
La luz de una lámpara dispersa en un momento
la oscuridad de largos Kalpas;
la intensa luz de la Mente en un solo parpadeo
quemará el velo de la ignorancia.


Quien se aferra a la mente
no ve la verdad de lo que está más allá de la mente.
Quien se esfuerza en practicar el Dharma
no encuentra la verdad que está más allá de la práctica.
Para conocer lo que está más allá  de ambas, mente y práctica
uno debe cortar la raíz de la mente
y quedarse desnudo en la contemplación.
Uno entonces se separa de toda distinción
y permanece tranquilo.

Escoger es encadenarse, no escoger es ser libre.
En cuanto uno escoge algo, cae en la trampa del mundo.
Si uno puede resistir la tentación de escoger,
si puede permanecer equilibradamente consciente,
la trampa desaparece por sí sola,
porque cuando uno no escoge
no colabora con el engaño;
la trampa es creada porque uno escoge.

"Uno no debe dar o tomar
sino permanecer natural, que Mahamudra
está más allá de toda aceptación o rechazo.
Puesto que alaya no ha nacido,
nadie puede obstruirlo o mancillarlo,
existente en el reino de lo no-nacido
toda apariencia se disolverá en el Dharmata,
y la voluntad y el orgullo se desvanecerán en la nada".

La comprensión suprema
trasciende todo.
La acción suprema
abraza grandes recursos sin apegos.
La realización suprema
es tomar consciencia de lo inmanente sin esperanza.

Al principio, el yogui siente que su mente
da tumbos como un torrente;
a mitad de su curso, como el Ganges,
fluye lento y plácido;
al final es como un grandioso y vasto océano
donde las luces del hijo y la madre se funden en una.