El Zen es una vuelta a lo concreto, no para esclavizarme a él sino para que lo superemos al conocer sus causas.
El sentido de la acción de la que se acaba de hablar, se encuentra admirablemente definido en un antiguo texto hindú, el Yoga Vasishta.
Allí se dice:
1. Estable en el estado de plenitud que brilla en el momento en que has renunciado por completo a tus deseos y apacible en el estado de aquel que, viviendo, es libre, actúa con pleno gozo dentro del mundo, ¡Oh, Raghava!
2. Interiormente libre de cualquier deseo, sin pasión ni apego, sino exteriormente activo en todas las direcciones, actúa con pleno gozo dentro del mundo, ¡Oh, Raghava!
3. De noble proceder y de benevolente ternura, conformándote, en el exterior, a los convencionalismos, pero interiormente libre de ellos, actúa con pleno gozo en del mundo, ¡Oh, Raghava!
4. Al percibir la evanescencia de todas las etapas y experiencias de la vida, permanece resueltamente en el estado trascendente sublime y actúa con pleno gozo dentro del mundo, ¡Oh, Raghava!
5. Sin ningún apego en el fondo de tí mismo, a pesar de que en apariencia actúes como si estuvieras apegado a algo, sin quemarte en tu interior, pero ardiente en el exterior, actúa con pleno gozo en el mundo, ¡Oh, Raghava!