viernes, 31 de agosto de 2012

LA TRASCENDENCIA

"Estar en concordancia con el Ser no significa estar en un estado de perfección. Querer alcanzar la perfección es un error que no debe cometer aquel que está en camino. Nuestra verdad es a menudo bastante miserable en comparación con nuestro ideal.
Estar unido a la trascendencia no significa que realicemos de forma perfecta "lo que debe ser un hombre", sino tener la fuerza de vernos en nuestra verdad del momento.
La trascendencia no se manifiesta cuando sobrepasamos el nivel humano sino precisamente ahí donde reconocemos ese nivel humano, cuando reconocemos nuestra debilidad."



Karlfried Graf Dürckheim

jueves, 30 de agosto de 2012

Ten presente...

"Ten presente que tú has venido a este mundo sabiendo ya la necesidad de luchar contigo mismo y únicamente contigo mismo. Da las gracias a todo aquel que te lo recuerde."

Gurdjieff

Soneto I, (A Raúl de Campos)

No me consigo ver cuando me miro.
Tengo tanta manía de sentir
que me extravío a veces, al salir
de aquellas sensaciones que recibo.

Este aire que bebo, que respiro,
pertenece a mi modo de existir,
y nunca sé cómo he de concluir
la sensación que a mi pesar concibo.

Ni nunca, propiamente, reparé
si siento lo que siento cual lo veo.
¿Seré como parezco en mí? ¿Seré

como me creo verdaderamente?
Hasta en la sensación soy algo ateo,
y no sé si soy yo quien en mí siente.












de: Álvaro de Campos - Fernando Pessoa -

LA DESILUSION Y HECHOS MEMORABLES

LA DESILUSION


Blanco y negro y blanco y negro
atención, quiero enseñaros a morir,
cerrad los ojos, apretad los dientes,
¡Clac!, ya véis, no es nada difícil,
no hay en esto nada asombroso.

Os hablo sin pasión,
negro y blanco y negro y blanco,
¡Clac!, ya véis qué pronto se aprende,
os hablo sin amor,
y sin embargo bien sabéis...
-hay que llevar la evidencia hasta el absurdo-

Blanco y negro y blanco y negro y negro y blanco,
si nuestras almas cambiaran sus cuerpos,
nada cambiaría,
por lo tanto no habléis más de cuerpos y almas.

Blanco, negro, ¡Clac! es lo único
que podemos concebir unido,
(¿no es cierto que no hay en esto nada trágico?)

Os hablo sin pasión
blanco, negro, blanco, negro, ¡Clac!,
es mi eterno grito de moribundo,
ese grito blanco, ese agujero negro...
¡Oh! No entendéis nada,
ni tampoco existís
yo me encuentro solo para morir.

René Daumal

Bibliografía: Le Contre-Ciel (Cahiers Jacques Doucet, París, 1936)



HECHOS MEMORABLES

Acuérdate de tu madre y de tu padre, y de tu primera mentira
cuyo indiscreto olor se arrastra por tu memoria.
Acuérdate de tu primer insulto a los que te engendraron:
la semilla del orgullo quedó sembrada, resplandeció la fisura
quebrando la unidad de la noche.
Acuérdate de los anocheceres de terror en los que el pensamiento de la nada te arañaba el vientre,
y volvía sin cesar para picotearte como un buitre; acuérdate también de las mañanas de sol en el cuarto.
Acuérdate de la noche de liberación en la que, al caer tu cuerpo suelto como un velamen, respiraste un
poco del aire incorruptible; acuérdate también de los animales pegajosos que te han vuelto a aprisionar.
Acuérdate de las magias, de los venenos y de los sueños tenaces -querías ver, te tapabas ambos ojos
para ver, pero no sabías abrir el otro.
Acuérdate de tus cómplices y de los fraudes en común y de ese gran deseo de salir de la jaula.
Acuérdate del día en que desgarraste la tela y te apresaron vivo, inmovilizado ahí mismo en la batahola
de bataholas de las ruedas que giran sin girar, contigo adentro, cogido siempre por el mismo instante
inmóvil, repetido, repetido, y el tiempo no daba sino una vuelta, todo giraba en tres sentidos innumerables,
el tiempo se cerraba al revés (y los ojos de carne sólo veían un sueño, sólo existía el silencio devorador, las
palabras eran pieles secas, y el ruido, el sí, el ruido, el no, el alarido visible y negro de la máquina te
negaba), el grito silencioso "Yo soy" que el hueso oye, por el cual muere la piedra, por el cual cree morir
lo que nunca fue. Y tú no renacías a cada instante sino para ser negado por el gran círculo sin límites,
todo pureza, todo centro, todo pureza salvo tú mismo.

Y acuérdate de los días que siguieron, cuando marchabas como un cadáver hechizado, con la certidumbre
de ser devorado por el infinito, de ser aniquilado por el existencia única de lo Absurdo.
Y acuérdate sobre todo del día en que querías arrojarlo todo, de cualquier modo. Pero un guardián
vigilaba en tu noche, vigilaba mientras dormías, te hizo tocar tu propia carne, te hizo recordar a los tuyos,
te hizo recoger tus andrajos. Acuérdate de tu guardián.

Acuérdate del hermoso espejismo de los conceptos, y de las palabras conmovedoras, palacio de espejos
construido en un sótano. Y acuérdate del hombre que vino y lo rompió todo, te tomó con su tosca mano,
te arrancó de tus sueños y te obligó a sentarte sobre las espinas del pleno día. Y acuérdate de que no sabes recordar.

Acuérdate de que todo se paga, acuérdate de tu felicidad, pero cuando te trituraron el corazón, era ya
demasiado tarde para pagar por adelantado.
Acuérdate del amigo que te tendía su razón para recoger tus lágrimas brotadas de la fuente helada que
violaba el sol de primavera.
Acuérdate de que el amor triunfó cuando ella y tú supísteis someteros a su fuego ansioso, rogando morir
en la misma llama.
Pero acuérdate de que el amor no es de nadie, de que en tu corazón de carne no hay nadie, de que el sol
no pertenece a nadie, ruborízate al contemplar el cenagal de tu corazón.
Acuérdate de las mañanas en que la gracia era como una vara amenazadora que te conducía, sumiso, a
través de tus jornadas, ¡Bienaventurado el ganado bajo el yugo!
Y acuérdate de que entre sus dedos entumecidos tu pobre memoria dejó escapar el pez de oro.

Acuérdate de los que te dicen: acuérdate. Acuérdate de la voz que te decía: no caigas. Y acuérdate del
placer equívoco de la caída.

Acuérdate, pobre memoria mía, de las dos caras de la medalla. Y de su metal único.


de Poésie noire, poésie blanche. 


Ambos poemas fueron traducidos por el poeta, ensayista y crítico de arte Aldo Pellegrini.

LAS VENTANAS -

Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas como quien mira una ventana cerrada.
No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, tenebroso y deslumbrante que una ventana tenuemente eluminada por un candil. Lo que la luz del sol nos muestra siempre es menos interesante que cuanto acontece tras unos cristales. En esa oquedad radiante o sombría, la vida sueña sufre, vive.
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que nunca sale. Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he reconstruído la historia de esa mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo.
De haber sido un pobre anciano, habría reconstrído la suya con la misma naturalidad.
Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez me digáis: "¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?". ¡Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy!

Charles Baudelaire. - la traducción es de Joaquín Negrón.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Krishnamurti. La naturaleza del amor.

Despertar significa darse cuenta...

Despertar significa darse cuenta de su propia nulidad, es decir, darse cuenta de su propia mecanicidad, completa y absoluta, y de su propia impotencia, no menos completa ni menos absoluta. Pero no basta comprenderlo filosóficamente con palabras. Hay que comprenderlo con hechos sencillos, claros, concretos, con hechos que nos conciernen. Cuando un hombre comienza a conocerse un poco, ve en sí mismo muchas cosas que no pueden dejar de horrorizarlo. En tanto que un hombre no se horrorice, no sabe nada de sí mismo.


Un hombre ha visto en sí mismo algo que lo horroriza. Decide deshacerse de esto, eliminarlo, acabar con ello. Sin embargo, siente que a pesar de sus esfuerzos no puede hacerlo, que todo permanece como antes.
Entonces verá su impotencia, su miseria y su nulidad; o también, cuando comienza a conocerce a sí mismo, un hombre ve que no posee nada, es decir que todo lo que él consideraba como suyo, sus ideas, sus pensamientos, sus convicciones, sus hábitos, aun sus defectos y sus vicios, nada de todo esto le pertenece: todo ha sido tomado de cualquier parte todo ha sido copiado tal cual es.
El hombre que siente esto puede sentir su nulidad. Al sentir su nulidad, no por un segundo ni por un momento, sino constantemente, un hombre se verá tal cual es en realidad, y no lo olvidará jamás.
Esta conciencia continua de su nulidad y de su miseria, finalmente le dará  el valor para "morir", es decir para morir no simplemente en su mente, o en teoría, sino morir de hecho, y renunciar positivamente y para siempre a todos estos aspectos de sí mismo que no ofrecen ninguna utilidad desde el punto de vista de su crecimiento interior, o que se le oponen.
Estos aspectos son ante todo su "falso Yo", y luego todas sus ideas fantásticas sobre su "individualidad", su "voluntad", su conciencia", su "capacidad de hacer", "sus poderes", "su iniciativa", "sus capacidades de decisión, y así sucesivamente.















Gurdjieff


Respuesta...

Envié mi alma a la región de lo invisible con un mensaje, y volvió con la respuesta diciendo:
Yo soy mi propio cielo y mi propio infierno.

Omar Khayyam

El águila


El águila es el ave de mayor longevidad entre las de su especie. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40 debe tomar una difícil y seria decisión.


A los 40 sus uñas están apretadas y flexibles, y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta.

Su pico largo y puntiagudo se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas, gruesas.

¡Volar se hace ya tan difícil!

Entonces el águila tiene solamente dos alternativas:

Morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.

El proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse allí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tanga la necesidad de volar.

Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared, hasta conseguir arrancarlo.

Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo, con el que desprenderá una a una sus uñas.

Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, empezará a desplumar sus plumas viejas.

Después de cinco meses. Saldrá para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.



En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por un tiempo, y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria.

Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que en algún momento nos causaron dolor.

Solamente libres del peso del pasado, podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.

¡Y después! ¡Volar hacia la victoria!!!



Anónimo

martes, 21 de agosto de 2012

Posía de Fernando Pessoa fechada el 10/8/1929

Aquí, en la orilla de la playa, mudo y contento del mar,
sin nada ya que me atraiga ni nada que desear,
soñaré, tendré mi día, clausaré la vida,
y nunca tendré agonía, pues me dormire en seguida.

La vida es como una sombra que pasa encima de un río
o como un paso en la alfombra de un aposento vacío;
el amor es un sueño que llega al poco ser que se es;
la gloria concede y niega; no tiene verdades la fe.

Por eso, de la playa callada y sola, en la orla morena
tengo el alma empequeñecida, libre de dolor y pena;
sueño sin casi ya ser, pierdo sin nunca haber tenido,
y comencé a morir mucho antes de haber nacido.

Denme, aquí donde yazgo, un poco de brisa sólo,
no quiero del azar nada, sino la brisa en el rostro;
denme un vago amor de cuanto nunca tendré,
no quiero dolor ni gozo, no quiero vida ni ley.

Solo, en el silencio cercado por el brusco son del mar,
quiero dormir sosegado, sin nada que desear;
de un ser que nunca fue suyo quiero dormir en la distancia,
y la brisa de cualquier cielo me acaricie sin fragancia.


Traducción de José Luis García Martín. (Publicado en Editorial Paréntesis)

Veo pasar procesiones

Veo pasar procesiones
De personas existentes.
Unas tendrán ocasiones,
Otras cambiarán de traje
Y otras son inteligentes.

A nadie conozco bien,
Pues ni a mí me he conocido.
Yo las miro sin desdén.
Voy a cambiarme de traje.
También yo vivo y olvido.

Van por la calle  conmigo.
Juntos, un nosotros damos.
Todos tenemos abrigo,
Todos cambiamos de traje.
A solas, desnudos vamos.


Una de las poesías ortónimas de Fernando Pessoa fechada el 26-08-1930. La tradución es de Angel Crespo y publicada por  Ediciones Hiperión.

El tao que puede expresarse

I - El Tao que puede expresarse no es el Tao eterno.
El Tao que puede nombrarse no es el Tao eterno.
Sin Nombre, es el origen del cielo y la Tierra.
Con nombre, es la Madre de Todas las cosas.
Los dos Tao son uno mismo.
Se diferencian sólo en el Nombre.
En su Unidad constituyen el Misterio de los Misterios
y la fuente de donde surgen Todas las Cosas.

II - El tao eterno no tiene Nombre.
Cuando comienza a ser
es cuando surgen los nombres.

Los nombres llegan también a ser
y pueden llegar a saber dónde hay que hacer alto.
Cuando se sabe dónde hay que hacer alto
se está a salvo.

Por eso, Tao en el mundo
puede ser comparado
con los ríos que corren hacia el mar,
que saben dónde hay que hacer alto.

Nota: Poemas I y II del Tao Te King - La traducción al castellano es del el taoísta español Roberto Pla.