viernes, 31 de julio de 2015

Un enigma difícil difícil, pero no insondable

La vida - su esencia y propósito - es un enigma: difícil, pero no insondable. Con nuestro pensamiento progresivo, diariamente resolvemos algunos de sus secretos. Las herramientas minuciosa y científicamente calculadas de esta época moderna son, en verdad, destacables. Los abundantes descubrimientos de la física nos brindan meritoriamente una visión más clara de las formas en que puede mejorarse la vida. Pero a pesar de todos nuestros aparatos, estrategias e inventos, parece que aún somos juguetes en las manos del destino y tenemos un largo camino que recorrer antes de poder independizarnos del dominio de la naturaleza.
Sin duda alguna, permanecer constantemente a merced de la naturaleza no es libertad. Nuestras mentes entusiastas quedan bruscamente embargadas por una sensación de desamparo cuando somos víctimas de las inundaciones, los tornados o los terremotos; o cuando, aparentemente sin ton ni son, la enfermedad o los accidentes nos arrebatan a nuestros seres queridos. Entonces nos damos cuenta de que, en verdad, no hemos logrado mucho. A pesar de todos los esfuerzos que realicemos por modelar la vida según nuestros designios, siempre habrá en este planeta ciertas condiciones - infinitas y guiadas por una Inteligencia desconocida, que opera sin nuestra iniciativa - que permanecerán fuera de nuestro control. A lo sumo, tan sólo podemos trabajar y efectuar algunas mejoras. Sembramos el trigo y elaboramos la harina, pero ¿quién creó la semilla original? Comemos el pan que amasamos con esa harina, pero ¿quién hizo posible que lo digiramos y asimilemos?

Paramahansa Yogananda