Un interlocutor le pregunta a Krishnamurti: La inteligencia,
¿forma el carácter?
Krishnamurti:
Qué entendemos por “carácter”? ¿Y qué entendemos por “inteligencia”? Todos
los políticos –ya sean de la variedad de Delhi o el voceador local de ustedes-
continuamente usan palabras tales como “carácter”, “ideal”, “inteligencia”,
“religión”, “Dios”, Escuchamos estas palabras con atención absorta porque
parecen muy importantes. La mayoría de nosotros vive de palabras; y cuanto más
elaboradas y exquisitas son las palabras, más satisfechos nos sentimos.
Averigüemos, pues, qué es lo que entendemos por “inteligencia” y que entendemos por “carácter”.
No digan que no contesto de una manera definida. Buscar definiciones,
conclusiones, es uno de los trucos de la mente y significa que no quieren
investigar y comprender, que sólo quieren seguir las palabras.
¿Qué es la inteligencia? Si un hombre está atemorizado,
ansioso, si siente envidia, codicia, si su mente copia, imita y está repleta
con el conocimiento y las experiencias de otras personas, si su pensar se halla
limitado y moldeado por la sociedad, por el miedo, ¿es inteligente un hombre así?
No lo es, ¿verdad? ¿Y puede tener carácter un hombre temeroso, no inteligente?
– siendo el carácter algo original, no
la mera repetición de los tradicionales debes y no debes-. ¿Es carácter la
respetabilidad?
¿Entienden lo que significa esa palabra “respetabilidad”?
Uno es respetable cuando es estimado, respetado por la
mayoría de las personas que lo rodean. ¿Y qué es lo que la mayoría de las
personas respetan, qué respetan las personas de la familia, las personas de la
masa? Respetan las cosas que ellas mismas desean y que han protegido como una meta, como un ideal; respetan aquello que
presumen en contraste con su propio estado inferior.
Si uno es rico y poderoso o tiene o tiene gran renombre
político o ha escrito libros de éxito, es respetado por la mayoría. Lo que uno
dice puede ser un completo disparate, pero cuando habla, la gente lo escucha
porque lo considera un gran hombre. Y cuando de esa manera te has ganado el
respeto de los muchos, el seguimiento de la multitud, eso te da un sentido de
respetabilidad, un sentimiento de que has llegado. Pero el así llamado pecador
está más cerca de Dios que el hombre respetable, porque el hombre respetable
está investido de hipocresía.
¿Es el carácter el resultado de la imitación, de ser
controlado por el miedo a lo que la gente dirá o no dirá? ¿Es el mero
fortalecimiento de nuestras propias tendencias, de nuestros propios prejuicios?
¿Es el sostenimiento de la tradición, ya sea de la India, de Europa o de
América? Eso es lo que generalmente se llama tener carácter: ser una persona
fuerte que sostiene la tradición local y así es respetada por los muchos. Pero
cuando uno prejuzga, imita, cuando está atado por la tradición, cuando tiene
miedo, ¿hay inteligencia, hay carácter? Imitar, seguir, rendir culto, tener ideales…
ese camino conduce a la respetabilidad, pero no a la comprensión. Un hombre de
ideales es respetable, pero jamás estará cerca de Dios, jamás sabrá lo que es
el amor, porque sus ideales son un medio para ocultar su temor, su imitación,
su sentimiento de soledad.Por lo tanto, sin comprendernos a nosotros mismos, sin darnos cuenta de todo lo que está operando en nuestra propia mente: cómo pensamos, si estamos imitando, copiando, si tenemos miedo, si estamos buscando el poder, no puede haber inteligencia. Y la que crea el carácter es la inteligencia, no el culto al héroe o la persecución de un ideal. La comprensión de nosotros mismos, de nuestro propio y extraordinariamente complicado yo, es el principio de la inteligencia, la cual revela el carácter.
J. Krishnamurti