martes, 4 de junio de 2013

Aceptar lo inaceptable, soportar lo insoportable

Yo percibo, si soy capaz de permanecer en el dolor y de soportar lo insoportable, que algo importante pasa en mí mismo: como una fuerza profunda que lo quita. Así, gracias al hecho de aguantar el golpe ante algo que me parecía insoportable, he aquí que lo que es insoportable cae por sí mismo. En la medida en que aceptas las situaciones difíciles en vez de evitarlas, tienes la oportunidad de pasar a otro plano.

En el Budo japonés se encuentra esta forma de comportarse el yo existencial frente a lo inaceptable:
esa calma receptiva de donde emerge una tensión formativa. Hay que hacer comprender a los alumnos que, en la medida en que una técnica está perfectamente dominada, hay esa oportunidad inaudita de poder poner a disposición de una fuerza más profunda un instrumento que se ha limpiado de las interferencias del yo. Entonces es esa otra fuerza la que toma las riendas de la situación para volver a poner orden allí donde estás en el universo.

Muy a menudo, los sufrimientos abren la puerta a la experiencia de la realidad profunda, que da sentido al sufrimiento.
Por el sufrimiento nacido de una realidad profana estática y petrificada puede alcanzar el hombre la realidad dinámica de su Ser esencial y descubrir la vía que le está destinada. La realización de su trabajo pasa necesariamente por el sufrimiento de un yo profano que, suplantando al Ser, se erige en absoluto.


Karlfried Graf Durckeim