jueves, 14 de julio de 2011

SOBRE EL APRENDER

El aprender implica una gran sensibilidad. No hay sensibilidad si hay una idea, que es del pasado, dominando el presente. Sólo una mente muy sensible es la que puede aprender y esa sensibilidad se niega cuando existe el dominio de una idea. Es decir, como comunista con todas las doctrinas de marx, de Lenin, o con todo lo aprendido y las ideas acumuladas del burgués, o con ideas dialécticas, etc., ya no soy sensible, la mente ya no es viva, flexible, alerta: es incapaz de aprender. Aprender implica humildad y en este estado una mente no puede estar logrando;  en el momento en que logra Ud., deja de tener esa cualidad de la inocencia y humildad. Y hay posibilidad de que exista una mente clara, sensible, no sólo en lo físico, sino lo que es mucho más importante, sensible psicológicamente, en lo interior, dentro de la piel. Los más de nosotros somos insensible, incluso en lo físico. Por favor, obsérvanse ustedes. Comemos demasiado, no hemos pensado sobre el buen régimen alimenticio, fumamos mucho, de modo que nuestros cuerpos se vuelven crasos, insensibles,se embota la cualidad de la atención en el organismo mismo. ¿Cómo puede haber una mente muy sensible, alerta, clara, si el organismo en sí es obtuso, pesado? Podemos ser muy sensibles sobre ciertas cosas que nos afectan personalmente, más para ser sensible de manera total, a todas las implicaciones de la vida, hace falta que el organismo no se fragmente, separado de la psiquis; es preciso  un movimiento total, unitario.
Aprender acerca del temor es aprender sobre el dolor, y también es lo mismo sobre el placer.

Placer y temor van juntos.

Si no consigo lo que quiero, me asusto, siento angustia, celos, odio. Para comprender el miedo hay que comprender la pena, creo que ambas cosas están relacionadas. Mas antes de penetrar en la cuestión del dolor, hemos de captar la pasión. Siento que haya tantas cosas que comprender, la vida es así ¿no es verdad realmente?
No es que se comprenda una cosa y luego espere usted entender todas las demás. Pero en realidad, sólo hay una cosa que comprender, y si en efecto la capta usted por completo, todo lo demàs es de escasa importancia. Mas, para llegar a esa totalidad, hace falta no sólo una mente no fragmentaria, sino también mucho amor.
Tenemos que comprender y aprender sobre el temor, y esto último significa aprender sobre la pena y su terminación, y todo ello implica inquirir sobre la pasión. Como sabe usted, esa palabra se deriva del dolor, y los más de nosotros, conscientemente o no, estamos en la pena de una u otra clase.
Somos seres humanos apenados, sin un momento de felicidad no contaminada por el pensamiento, ningùn momento de profundo disfrute real que no esté tocado por ningùn pensamiento o recuerdo. Somos un campo de batalla desde el nacimiento hasta la muerte.
Nunca hay orden, paz, sensación de tranquilidad y gloria. Lo único que conocemos es la pena y el conflicto.

de J.Krishnamurti