jueves, 30 de agosto de 2012

LAS VENTANAS -

Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas como quien mira una ventana cerrada.
No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, tenebroso y deslumbrante que una ventana tenuemente eluminada por un candil. Lo que la luz del sol nos muestra siempre es menos interesante que cuanto acontece tras unos cristales. En esa oquedad radiante o sombría, la vida sueña sufre, vive.
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que nunca sale. Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he reconstruído la historia de esa mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo.
De haber sido un pobre anciano, habría reconstrído la suya con la misma naturalidad.
Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez me digáis: "¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?". ¡Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy!

Charles Baudelaire. - la traducción es de Joaquín Negrón.