jueves, 13 de junio de 2013

Cuando uno medita

El tipo de sufrimiento que llevas en tu corazón es la sociedad en sí misma.
Tú traes esto contigo; traes la sociedad contigo. Traes todo de nosotros contigo.
Cuando meditas, este beneficio no es sólo para tí, lo haces por la sociedad entera.

Buscas solución a tus problemas no sólo para ti mismo, sino para todos nosotros.


                                                                Thich Nanh Hanh

El hombre: consciente de la consciencia

La definición de cualquier cosa en el universo natural o físico es consciencia innata, esencialmente esta consciencia innata es:
para el mineral: afinidad;
para el vegetal: afinidad, crecimiento y generación del fruto o semilla;
para el animal: afinidad, crecimiento, movimiento libre e inteligencia cerebral primitiva o instinto y
para el animal humano todas las consciencias precedentes son innatas, la razón, que hará al hombre consciente de la consciencia, se desarrolla y entonces empieza la facultad de liberación de la forma material; el retorno, habiéndose desarrollado todas "las consciencias" naturales.


R.A. Schwaller de Lubicz

Ditirambos de Dioniso - Dionysos-Dithyramben


                                                     El sol se pone
                                               
                                                              I


¡Pronto dejarás de estar sediento,
corazón abrasado!
Hay un presagio en el aire,
soplos me llegan de bocas desconocidas:
viene un gran frescor...

Mi sol caía ardiente sobre mí al mediodía:
¡Bienvenidos, vosotros que llegáis,
vientos repentinos,
frescos espíritus del atardecer!

El aire pasa extraño y puro.
¿No me guiña la noche
con seductora
mirada de soslayo?...
¡Aguanta firme, valiente corazón mío!
No preguntes: ¿por qué?

                                                              II

¡Día de mi vida!
el sol se pone.
Ya está dorada
la tersa pleamar.
Cálida respira la roca:
¿ha dormido en ella
la dicha su siesta al mediodía?
Entre las verdes claridades
aún tañe esa dicha el pardo abismo.

¡Día de mi vida!
¡se acerca la noche!
Ya enrojece tu ojo
semicerrado,
ya maman gota a gota
lágrimas de tu rocío,
ya fluye silenciosa sobre blancos mares
la púrpura de tu amor,
tu postrera beatitud vacilante...

                                                           III

¡Serenidad, áurea, ven!
¡Tú, la más secreta, la más dulce pregustación
de la muerte!
-¿Recorrí demasiado aprisa mi camino?-
Justo ahora cuando el pie se ha cansado,
me llega tu mirada,
me llega tu dicha.

En derredor sólo olas y juego.
Lo que antes fue gravoso
naufragó en azul olvido,
ociosa está ya mi barca.
Tempestades y viajes, ¡cuán olvidados los tiene!
Deseos y esperanzas anegados,
tersos están alma y mar.

¡Séptima soledad!
Jamás sentí
dulce seguridad más cercana,
mirada del sol más cálida.
-¿No sigue rojo el hielo de mis cimas?-
Plateada, ligera, un pez,
mi barca navega a mar abierto...



Friedrich Nietzsche

- Poema que redactó en el año 1888 y que se publicó en forma incompleta en 1981.
- La traducción pertenece a Laureano Pérez Latorre y está publicada por Editorial Trotta en una edición de las poesías completas del autor.





martes, 11 de junio de 2013

La observación de sí -Shri Anirvan -

Por Shri Anirvan


Si el espíritu puede llegar a ser una materia maleable y la materia suavizada llegar a ser el espíritu, la experiencia espiritual demostrará que ella puede transformar la conducta del individuo. Esta transformación --espíritu-materia y materia-espíritu-- es, en suma, un verdadero existencialismo espiritual, la toma de conciencia de sat. Pero, es una época de peligro y de depresión, mientras reine la pasión que caracteriza el actual plan vital, esta hambre humana representada en Occidente por el existencialismo, ha falseado todas las perspectivas de una "Existencia pura" (sat).
En toda disciplina espiritual, primero se avanza con el pensamiento, después con la palabra. El cuerpo sigue muy lentamente. Sólo entonces se puede hablar de sumisión integral. Establecer una disciplina que comprometa a todas las funciones del cuerpo, es largo y difícil, porque el cuerpo es pesado y dormido (tamas). En la vida del mundo, primero se utiliza el cuerpo. Se le educa, se le enseña hábitos de toda clase, hasta que uno esté satisfecho de su comportamiento.
La mayor parte de la gente ignora todo respecto a los órganos internos de los sentidos (indriyas). El órgano interno del pensamiento no tiene nada en común con el pensamiento habitual vuelto hacia el exterior. Rara vez es utilizado. El órgano interno de la palabra es utilizado más raramente aún. Ahora bien; la vida interiorizada utiliza sólo los órganos internos de los sentidos que tienen una función doble: la de ponernos en relación con la vida exterior y la de conducir hacia uno mismo una impresión que es preservada. Reconocer el funcionamiento de estos órganos internos (indriyas) implica un trabajo muy delicado sobre sí mismo.
Ciertas leyes no deben ser reveladas antes de que una larga preparación les haya dado cuerpo. Únicamente la experiencia directa hará vivir la sustancia y demostrará su existencia. Estas leyes forman parte de la experiencia interiorizada, de la sustancia de vida que ha sido "succionada" del Vacío; no se la puede comer ni beber: sólo es posible absorberla en uno mismo.
... Se dice "Toma una escoba y barre delante tuyo." En el plano filosófico esto significa "separarse de la prakriti". Una parte de uno mismo es pasiva, permanece tranquila, inmóvil; la otra parte es activa, está en movimiento, constantemente en acción y reacción.
Es fácil notar un perro que amarrado a su caseta, ladra; pero el perro no sabe que ladra. No hace más que llenar la función por la cual está ahí. El animal tiene conciencia, pero no conciencia de sí. El corazón del problema que nos interesa es el siguiente: "Tenga Ud. los ojos abiertos sobre sí mismo, ¡Obsérvese!" En la vida, Ud. es en efecto como el perro guardián que ladra; Ud. vigila siempre al otro, pero jamás se mira con la misma agudeza.

Shri Anirvan


Extracto del libro de Lizelle Reymond , La vida en la vida - Práctica de la filosofía del Samkhya según la enseñanza de Shri Anirvan.
Publicado de Librería Hachette S.A. de Buenos Aires

Soledad

Ahora es la Soledad quien viene de noche
en vez del Sueño, a sentarse junto a mi cama.
Como una niña cansada espero oír sus pasos,
y la miro mientras sopla la vela suavemente.
Se sienta sin moverse, ni a izquierda ni a derecha
gira, y rendida, rendida deja caer la cabeza.
También ella es vieja; también ella ha peleado la pelea.
Así, con laureles está adornada.

A través de la triste sombra la marea que baja lenta
surca una costa estéril, insatisfecha.
Sopla un viento extraño... después silencio. Estoy lista
para aceptar la Soledad, tomarle la mano,
aferrarme a ella, esperando, hasta que la tierra estéril
se llene con el terrible nonotono de la lluvia.

Katherine Mansfield


Eckehart de Hochleim - Meister Eckhart (fragmentos) -

Los libros del Antiguo  y Nuevo Testamento, los libros de los santos, incluso los libros de los paganos, están rebosantes de ejemplos de hombres piadosos que inmolaron sus vidas, renunciando a sí mismos, por amor a Dios e incluso por su natural virtud.
...Sócrates dice que la virtud hace posibles, fáciles y agradables las cosas imposibles. No olvidemos tampoco aquella espiritual mujer de quien relata el Libro de los Macabeos, que, a pesar de sufrir el horrible tormento de presenciar con sus propios ojos los inhumanos suplicios a que se sometía a sus siete hijos, no perdió su entereza de ánimo y continuamente les exhortaba a que diesen gustosos sus vidas y su dolor por la justicia de Dios.
Para terminar, quiero decir aún dos palabras.
Primero: que un hombre bueno, hijo de Dios, debe avergonzarse sinceramente y con toda el alma si alguna vez le conmueve el dolor. Vemos al mercader que, movido por una pequeña ganancia monetaria, por añadidura incierta, es capaz de alejarse cientos de millas de su país y recorrer fatigosos caminos por la montaña y por el valle, por el desierto y por el mar, caminos infestados de ladrones, de asesinos, sufriendo hambre y sed, sueño y fatiga y otro sinfín de calamidades que, sin embargo, olvida presto ante la perspectiva de una ganancia tan pequeña e incierta. El caballero en combate arriesga sus bienes, su cuerpo, y acaso su alma, por conquistar una pasajera y corta gloria, ¿y tan duro nos parece a nosotros sufrir un poco por Dios y por la salvación eterna?

La segunda cosa que he de decir es lo que sigue: Algunos insensatos afirmarán que son falsas muchas de las aseveraciones que aquí (como en otros lugares) he escrito. A ellos responderé con una expresión de San Agustín en el primer libro de sus Confesiones; dice allí que Dios tiene presente ante sí todo el futuro, aunque falten mil y mil años para realizarse, si es que el mundo ha de durar todo ese tiempo; y todo lo ya ido, todo el pasado aún de mil años, está igualmente presente en El. ¿Qué puedo yo hacer si alguien no lo entiende?
Y dice también el santo en otro lugar que el hombre se ama a sí mismo de un modo tan torpe y descarado que quisiera cegar a los demás para disimular así su propia ceguera. Por lo que a mí respecta, me basta que para Dios y para mí sea verdad todo lo que he dicho y escrito; quien introduce un bastón en el agua cree ver que el bastón está torcido, aunque en realidad esté perfectamente derecho: el engaño se debe a que el agua es más densa que el aire. A pesar del engaño, el bastón en sí está derecho y no torcido, como podrá comprobarlo quien lo mire en la pureza del aire.

Dice San Agustín: "Quien conoce internamente lo que ninguna visión externa ha podido llevar al alma y lo conoce sin imagen y sin sensibilidad, sabe que esto es verdad. Quién no conoce así se burlará de mí, pero su burla no podrá causarme más daño que la tristeza que me ocasiona su ceguera.
Tales gentes querrán conocer las cosas eternas y las obras divinas, pero sus corazones están todavía a merced del ayer y del hoy".

Ante todo es preciso saber que el sabio y la sabiduría, el veraz y la verdad, el bueno y la bondad, la justicia y el justo se ven uno en el otro. La bondad no ha sido hecha, ni creada; la bondad no ha nacido, es engendradora y engendra de sí al bueno; y el bueno, en cuanto es bueno, no es hecho ni creado, y sin embargo es, al mismo tiempo, criatura e hijo nacido de la bondad. La bondad se produce y engendra todo lo que ella es en el ser bueno. El saber, el amar y el obrar se vierten al mismo tiempo en lo bueno, y el bueno recibe todo su ser, su saber, su amar y su obrar de lo más íntimo de la bondad y sólo de ella. El bueno y la bondad no son más que una sola bondad, sino que aquél ha sido engendrado y ésta, en cambio, engendra. Y el engendrar de sí, peculiar de la bondad, como el ser engendrado, propio del bueno, no es más que un ser, una vida. Todo lo que pertenece al bueno, lo toma él de la bondad y en la bondad; en ella está, vive y habita él, y en ella se reconoce a sí mismo. Y todo lo que él conoce y ama, lo ama y lo realiza con la bondad y en la bondad, y la bondad con él y en él en cada acción, tal como está escrito y fue dicho por el Hijo: "El Padre, que está y vive en mí, realiza las obras. El Padre obró hasta hoy y yo también obro. Todo lo que es del Padre es mío; todo lo que es mío, es de mi Padre: suyo el dar y mío el recibir".

Meister Eckhart

domingo, 9 de junio de 2013

Ramana Maharshi Meditation

¿Por qué Sri Bhagaván no sale a predicar la verdad a la gente, sin limitación?

Bhagaván:  ¿Cómo sabe usted que no lo hago? ¿Predicar consiste en ascender a una tribuna y arengar a la gente que está alrededor? La predicación es una simple comunicación de conocimiento y también puede hacerse en silencio. ¿Qué piensa de un hombre que escucha una arenga durante una hora y se va sin que aquélla le impresione como para cambiar su vida? Compárela con otro que se sienta en una santa presencia, y luego de un tiempo se marcha con su perspectiva de la vida totalmente cambiada. ¿Qué es mejor: predicar en alta voz sin efecto o sentarse en silencio proyectando fuerza intuitiva para que actúe sobre los demás? Asimismo, ¿Cómo surge la palabra? Primero, está el conocimiento abstracto (inmanifiesto). De éste surge el ego que hace surgir los pensamientos y las palabras sucesivamente. Por tanto:

                           Conocimiento Abstracto ------ Ego ------ Pensamientos ------ Palabras...

Por ello, las palabras son bisnietas de la fuente original. Si las palabras pueden producir un efecto, considere cuánto más poderosa deberá ser la predicación a través del silencio.

                            Todos los esfuerzos que se hagan en la búsqueda de la verdad, 
                                       tarde o temprano conducirán al camino correcto.

Portofino



 Aquí estoy sentado ¿esperando? Nada espero;
                                               más allá del bien y del mal, tampoco sintiendo
                                               más deseo por la luz que por la oscuridad,
                                               amigo del mediodía y de la eternidad.

                                                                   Friedrich Nietzsche

Loneliness

Now it is Loneliness who comes at night
Instead of Sleep, to sit beside my bed.
Like a tired child I lie and wait her tread,
I watch her softly blowing out the light.
Motionless sitting, neither left or right
She turns, and weary, weary droops her head.
She, too, is old; she, too, has fought the fight.
So, with the laurel she is garlanded.

Through the sad dark the slowly ebbing tide
Breaks on a barren shore, unsatisfied.
A strange wind flows...then silence. I am fain
To turn to Loneliness, to take her hand,
Cling to her,waiting, till the barren land
Fills with the dreadful monotone of rain.

Katherine Mansfield

Dos tipos de inteligencia

Existen dos tipos de inteligencia: una, la adquirida,
Como cuando un niño memoriza en la escuela hechos y conceptos
Mediante libros y lo que explica el profesor,
Reuniendo información a partir de las ciencias tradicionales
Así como de las nuevas.

Con este tipo de inteligencia se asciende en el mundo.
Uno se establece por encima o por debajo de los demás
Según la capacidad que se tenga de retener
Información. Con esta inteligencia uno puede entrar y salir
De los campos del conocimiento, acumulando siempre más
Puntuación en las tablillas de control.

Existe otro tipo de tablilla, una 
Que ya está completa y preservada en tu interior.
Una primavera que rebosa de su contenedor. Una frescura
En el centro del pecho. Esta otra inteligencia,
No amarillea ni se estanca. Es fluida
Pero no se desplaza de fuera adentro
A través de los canales del aprendizaje.

Esta segunda forma de conocer es un manantial
Que, desde tu interior, fluye hacia fuera.

Rumi

La inteligencia del cuerpo

Tu inteligencia siempre te acompaña y 
Supervisa tu cuerpo, aunque
No seas consciente de que está activa.

Si empiezas a hacer algo que va en contra
De tu salud, con el tiempo
tu inteligencia te reñirá.

Si no se hubiera mantenido tan cerca con tanto cariño,
Y en constante observación,
¿Cómo te podría reprender?

Tú y tu inteligencia
Sois como la belleza y precisión
De un astrolabio.

¡Juntos calculáis lo cercana al sol
que está la existencia!

Tu inteligencia es maravillosamente íntima.
No está ni delante de ti, ni detrás,
Ni a la izquierda ni a la derecha.

¡Intenta ahora, amigo mío, describir lo cerca que está 
el creador de tu intelecto!

¡La búsqueda intelectual es incapaz de encontrar
el camino hacia ese rey!

Tu dedo no se puede separar 
De su movimiento.

Te quedas dormido, o te mueres,
Y no hay ningún movimiento inteligente.

Entonces te despiertas
Y los dedos se te llenan
De significado.

Fíjate ahora en esas joyas de luz
Que son tus ojos. ¿Cómo trabajan?

En este universo visible hay muchos tipos de tiempo
Y variaciones.
Pero hombre, ¡oh, hombre!
El universo de la palabra creadora,
De la divina orden de Ser, ese universo
De cualidades resulta imposible señalarlo.

Más inteligente que el intelecto
Y más espiritual que el espíritu.

No existe ser que esté desconectado
De esa realidad, y esa conexión
No puede expresarse en palabras. Allí no existe
La separación ni el regreso.

Existen guías capaces de mostrarte el camino.
Sírvete de ellos, aunque no te satisfarán tu anhelo.

Sigue deseando esa conexión
Con todo el pulso de tu energía.

Esa vena palpitante
Te transportará más lejos
Que cualquier pensamiento.

Mahoma dijo: "¡No teorices
sobre la esencia!" Toda especulación
No es más que otro estrato que recubre.
¡A los seres humanos les encanta cubrirse!

Creen que lo que se esconde
Son los estampados de las cortinas.

Fíjate en las maravillas a medida que tienen lugar a tu alrededor.
No las reclames como tuyas. Siente cómo te atraviesa
Todo ese arte y permanece en silencio.

O, sino di: "Soy incapaz de alabarte
Como se Te debe alabar.

Estas palabras superan sin duda 
Mi comprensión.


Djalal ud Din Rumi

martes, 4 de junio de 2013

El verdadero centro, el SER

Proclamar al SER en la existencia humana es el impulso que anima cada vida y cuya realización le da a ésta continuidad, sentido y valor. No se trata únicamente de un "élan" vivificante universal, sino también de la más profunda tarea y aspiración del hombre. Todas las religiones de la tierra veneran en sus atributos divinos la triple unidad del SER. En el cristianismo es la revelación del poder, de la sabiduría y de la bondad de Dios Padre. Nosotros la encontramos en las tres joyas el Budismo:
Bouddha, Dharma (la ley) y Samgha (la comunidad de los discípulos); en los tres distintivos del Shinto: la espada, el espejo y la cadena de piedras preciosas, etc.


Sea lo que sea lo que el hombre ve como más sublime en la imagen de Dios que venera, estará siempre reflejada esta triple unidad que, en momentos de gracia, se percibe en lo más profundo de uno mismo como realidad trascendente. Se trata siempre de la triple unidad sentida dentro de uno mismo como lo más profundo que allí existe. El hombre, en ciertos momentos de gracia, la percibe en sí como la verdad trascendente, la inconcebible plenitud de una fuerza, de un sentido y de un amor supra-naturales, que son inherentes a su Ser esencial, es decir, al modo individual en que el SER está presente en él. Por el cambio que se produce en el nivel y en la modalidad con que el hombre percibe los signos que dan testimonio de la triple unidad del SER -fuerza, sentido y protección-, y por la manera de vivirla y de tomar de ella conciencia en su propio centro, es como se deja ver el progreso del hombre en su devenir persona.
Cuando, bajo uno u otro de los aspectos de esta triple unidad, la VIDA hace presa en el hombre, -ya sea liberación o compromiso, lazo o manumisión, ya le levante o le aplaste- para él siempre es su maestro interior, es decir, su Camino connatural,.
Progresar en el camino exige que la conciencia se haga más amplia, gracias a lo cual el SER penetra y transforma fundamentalmente al hombre por la experiencia creciente de su trascendencia. El umbral decisivo tras el cual puede nacer en el hombre el verdadero centro, el Ser, como su propio centro, es rebasar ese grado de conciencia en que el hombre se halla bajo el dominio del yo natural, cuyo terreno es el conocimiento objetivo, la destreza técnica, los valores y los sistemas de vida paralizantes. Su visión estática se opone a la dinámica del SER y con esa conciencia estrecha, ese yo hace de la vida y del SER un objeto, por lo que el hombre falta a su Ser esencial.

Karlfried Graf Dürckheim

Aceptar lo inaceptable, soportar lo insoportable

Yo percibo, si soy capaz de permanecer en el dolor y de soportar lo insoportable, que algo importante pasa en mí mismo: como una fuerza profunda que lo quita. Así, gracias al hecho de aguantar el golpe ante algo que me parecía insoportable, he aquí que lo que es insoportable cae por sí mismo. En la medida en que aceptas las situaciones difíciles en vez de evitarlas, tienes la oportunidad de pasar a otro plano.

En el Budo japonés se encuentra esta forma de comportarse el yo existencial frente a lo inaceptable:
esa calma receptiva de donde emerge una tensión formativa. Hay que hacer comprender a los alumnos que, en la medida en que una técnica está perfectamente dominada, hay esa oportunidad inaudita de poder poner a disposición de una fuerza más profunda un instrumento que se ha limpiado de las interferencias del yo. Entonces es esa otra fuerza la que toma las riendas de la situación para volver a poner orden allí donde estás en el universo.

Muy a menudo, los sufrimientos abren la puerta a la experiencia de la realidad profunda, que da sentido al sufrimiento.
Por el sufrimiento nacido de una realidad profana estática y petrificada puede alcanzar el hombre la realidad dinámica de su Ser esencial y descubrir la vía que le está destinada. La realización de su trabajo pasa necesariamente por el sufrimiento de un yo profano que, suplantando al Ser, se erige en absoluto.


Karlfried Graf Durckeim




domingo, 2 de junio de 2013

Dos poemas de Johann Wolfgang Goethe

 Epirrema

La naturaleza al observar debéis
reparar en uno y todo siempre;
nada está dentro, nada está fuera:
pues lo que es dentro eso es fuera.
Tomad pues sin más retoques
el sacro secreto a voces.

De la verdadera apariencia,
del serio juego, alegraos de veras.
Ningún ser vivo es uno,
siempre es un mucho.



                                                     Bendición del peregrino

Los años de andanzas han llegado ya
y cada paso del caminante es arriesgado.
Aunque no suele cantar ni rezar,
dirige, si el sendero es complicado,
si nieblas lo oscurecen, la primera mirada
a su corazón y al corazón de la amada

                                                                                                         J. W. Goethe

Aunque

                                                               Al Físico


"En el interior de la Naturaleza- - -"
¡Oh pedante ilustrado! - - -
"Ningún espíritu creado entra."
A mí y a mis hermanos
una frase tal
no queráis recordarnos:
pensamos: en cada lugar
en el interior estamos.
"¡Felices a quien sólo
la capa exterior muestra!"
Esto hace sesenta años que lo oigo
lo maldigo, pero furtivo.
Dime mil y mil veces:
todo lo da a gusto y en creces.
Naturaleza núcleo no tiene
ni cáscara pues,
ella es todo de una vez;
obsérvate más que a nada,
si eres núcleo o eres cáscara.



                                               Johann Wolfgang Goethe