Te pido que abandones de una vez por todas el placer que hayas podido sentir leyendo las escrituras o siendo instruido y estimulado por otros. Sé Total, sin conocimiento ni comprensión, como antes, como un niño de tres años en quien la conciencia, aunque presente, no está operativa. Contempla entonces lo que hay ahí antes de que la idea de buscar lo esencial surja: observa y observa. Mientras sientas que tu control se va aflojando cada vez más y que tu corazón se encuentra cada vez más intranquilo, no abandones ni te descuides: éste es el lugar adecuado para cortar la cabeza de los mil sabios. Los estudiantes del camino frecuentemente se retiran en este punto. Si tu fe es inquebrantable, sigue contemplando aquello que es, antes de que surja la idea de buscar lo esencial.
De repente, despertarás de tu sueño y no habrá error posible al respecto.
Texto de Ta Hui