miércoles, 28 de enero de 2015

Contemplar la ausencia de signo, el no-nacimiento y la no-muerte


   El propósito de contemplar la ausencia de signo es evitar quedar aprisionados en la trampa de las apariencias externas.  Donde hay un signo, hay decepción. Buda habló de esto en el Sutra del diamante. El vapor de agua, por ejemplo, está frente a nosotros ahora mismo; el hecho de que no podamos verlo no significa que no exista. Cuando una nube se transforma en lluvia, no podemos decir, con propiedad, que la nube haya pasado del ser al no-ser. No vemos el vapor de agua, pero tan pronto como se encuentre con una masa de aire frío se convertirá en niebla o escarcha que podremos ver. Y no podemos decir que la niebla o la escarcha hayan alcanzado un estado de "ser" a partir del "no-ser". tan solo ha cambiado su forma, el signo con el que la etiquetamos.
El no-nacimiento es otra forma de describir la verdadera naturaleza de la realidad, la naturaleza de todo cuanto existe. Al contemplar la apariencia externa de las cosas, vemos nacimiento y muerte, éxito y fracaso, ser y no-ser, ida y llegada. Pero al observar más profundamente, advertimos que la verdadera naturaleza de las cosas es no-nacida e imperecedera, no viene de ninguna parte ni va a ninguna parte, no es ser ni no-ser; las cosas no constituyen una única entidad y sin embargo no están realmente separadas y aparte.

                                     ¡Sólo porque no podamos verlo no significa que no exista!

   La nube no ha llegado a ser algo a partir de la nada. Antes de manifestarse en su forma actual, ya estaba ahí como agua en los ríos y océanos. Con el calor del sol se transformó en vapor de agua y, más tarde, esas gotitas diminutas se unieron para formar una nube. No pasó del "no-ser" al "ser".
Ése es el significado de no-nacimiento.
Más adelante, la nube puede cesar en esa manifestación y adoptar otras formas, como la lluvia, la nieve, el granizo, la niebla, o transformarse en un pequeño riachuelo. La nube no habrá pasado del "ser" al "no-ser". Su naturaleza no solo es no-nacida, también es imperecedera. La verdadera naturaleza de todo cuanto existe, incluidos tú y yo, es no-nacida e imperecedera.

Una vez que surja en ti la percepción del no-nacimiento y la no-muerte, experimentarás una ausencia de temor y una tremenda libertad. Ése es, en verdad, el más precioso fruto de la meditación.

Thich Nhat Hanh

sábado, 3 de enero de 2015

El lenguaje silencioso

En todas partes está la soledad. El individuo siempre está solo. Su trabajo consiste en buscar en el interior y no en el exterior. No dejes lugar a las distracciones; investiga para quien hay distracciones.
Tú te quejas de que la contestación no proviene de tu búsqueda interior.
El buscador es la contestación y ninguna otra contestación puede venir. Lo que viene no puede ser verdadero; lo que es es lo verdadero.

...El sueño profundo no es ignorancia; es el estado puro de uno mismo. La vigilia no es conocimiento; es ignorancia. En el sueño profundo hay plena consciencia y en el estado de vigilia plena ignorancia.
Tu verdadera naturaleza abarca ambos y se extiende más allá. El Sí-mismo está más allá del conocimiento y de la ignorancia. Los estados de sueño profundo, sueño con ensueños y vigilia son solamente sombras desfilando delante del Sí-mismo. Prosiguen tanto si uno los percibe como si no.
El estado del sabio (el cual experimenta el samadhi en vigilia, sueño con ensueños y sueño profundo) se puede comparar al viajero en la carreta de bueyes mientras estos unas veces caminan, otras están quietos y otras sin yugo durante el trayecto. Tales ejemplos son desde la perspectiva del que no es un sabio, porque desde la del sabio no tendrían lugar.

El estado que trasciende la palabra y el pensamiento es mouna. Es meditación sin actividad mental. Someter la mente es meditación. La meditación profunda es la palabra eterna. El silencio es siempre elocuente; es el fluir perenne del lenguaje. Se interrumpe al hablar, ya que las palabras obstruyen el lenguaje silencioso. Los discursos pueden entretener a individuos durante horas sin mejorarlos. El silencio, por el contrario. es permanente y beneficia a la humanidad entera. Al decir silencio, nos referimos a Elocuencia. Los discursos orales no son tan elocuentes como el silencio. El silencio es elocuencia permanente; es el mejor idioma.

Bhagaván Sri Ramana Maharshi


 

jueves, 1 de enero de 2015

La atención - J.Krishnamurti

Atención no es lo mismo que concentración. 
La concentración es exclusión; la atención, que implica estar consciente (to be aware), no excluye nada.
Me parece que la mayoría de nosotros no estamos totalmente conscientes de lo que hablamos, tampoco de lo que nos rodea: los colores, las personas, las formas de los árboles, las nubes, el movimiento del agua. Tal vez es porque estamos tan interesados en nosotros mismos, en nuestros minúsculos problemas, en nuestras propias ideas, nuestros propios placeres, pretensiones y ambiciones, que no somos objetivamente conscientes. Y,sin embargo, hablamos mucho del estar consciente (awareness). Una vez en la India, viajaba yo en automóvil, sentado al lado del chófer. Había tres caballeros detrás discutiendo acaloradamente acerca del estar consciente y por desgracia en ese momento, el chófer se distrajo y atropelló una cabra. Y los tres caballeros seguían hablando del tema sin darse cuenta en absoluto de que habían atropellado una cabra. Cuando se señaló esta falta de atención a esos señores que trataban de estar alertas, recibieron una gran sorpresa.


Y con la mayoría de nosotros pasa lo mismo. No nos damos cuenta de las cosas externas o internas. Si quiere usted comprender la belleza de un pájaro, de una mosca, o una hoja, o de una persona con todas sus complejidades, tiene que darles atención completa, que es estar consciente. Y usted sólo puede prestar atención cuando tiene interés, lo que significa que realmente quiere comprender -entonces pone usted todo su corazón y su mente en la búsqueda.
Ese estado de ser consciente sería, como vivir con una serpiente en su habitación, vigilaría cada movimiento y estaría muy, muy sensible al más ligero ruido que hiciera. Tal estado de atención es energía total; en ese estado de ser consciente la totalidad de su ser se revela en un instante.

...Cuando usted se ha mirado así tan hondamente, podrá penetrar a mayor profundidad. Cuando decimos "mayor profundidad" no estamos comparando. Siempre pensamos a base de comparaciones -profundo y superficial, feliz o infeliz-. Siempre estamos midiendo, comparando. Y bien, ¿hay tal estado que se llame lo profundo y lo superficial en uno mismo? Cuando digo "mi mente es superficial, vacía, pequeña, estrecha, limitada", ¿cómo sé todas estas cosas? Porque he comparado mi mente con la de usted, que es más brillante, que tiene más capacidad, es más inteligente y alerta.
¿Conocería mi pequeñez sin la comparación? Cuando tengo hambre no comparo ésta con mi hambre de ayer. El hambre de ayer es una idea, un recuerdo.
Si estoy siempre comparándome con usted, luchando por ser como usted, estoy negando lo que soy y, por tanto, creando una ilusión. Cuando he comprendido que la comparación en cualquier forma lleva sólo a mayor ilusión y mayor desdicha, igual que cuando me analizo, añadiendo algo poco a poco al conocimiento de mí mismo, o me identifico con algo exterior a mí, ya sea el Estado, un salvador o una ideología -cuando comprendo que todo este proceso conduce a mayor conformidad y en consecuencia, a mayor conflicto-, cuando veo todo esto, lo pongo a un lado por completo. Entonces mi mente ya no está buscando. Es muy importante comprender esto. Entonces mi mente ya no está tanteando, preguntando, buscando. Esto no significa que mi mente está satisfecha con las cosas tal como son, pero sí que no tiene ilusiones. Una mente así, puede moverse entonces en una dimensión totalmente distinta. 
J.Krishnamurti