jueves, 1 de enero de 2015

La atención - J.Krishnamurti

Atención no es lo mismo que concentración. 
La concentración es exclusión; la atención, que implica estar consciente (to be aware), no excluye nada.
Me parece que la mayoría de nosotros no estamos totalmente conscientes de lo que hablamos, tampoco de lo que nos rodea: los colores, las personas, las formas de los árboles, las nubes, el movimiento del agua. Tal vez es porque estamos tan interesados en nosotros mismos, en nuestros minúsculos problemas, en nuestras propias ideas, nuestros propios placeres, pretensiones y ambiciones, que no somos objetivamente conscientes. Y,sin embargo, hablamos mucho del estar consciente (awareness). Una vez en la India, viajaba yo en automóvil, sentado al lado del chófer. Había tres caballeros detrás discutiendo acaloradamente acerca del estar consciente y por desgracia en ese momento, el chófer se distrajo y atropelló una cabra. Y los tres caballeros seguían hablando del tema sin darse cuenta en absoluto de que habían atropellado una cabra. Cuando se señaló esta falta de atención a esos señores que trataban de estar alertas, recibieron una gran sorpresa.


Y con la mayoría de nosotros pasa lo mismo. No nos damos cuenta de las cosas externas o internas. Si quiere usted comprender la belleza de un pájaro, de una mosca, o una hoja, o de una persona con todas sus complejidades, tiene que darles atención completa, que es estar consciente. Y usted sólo puede prestar atención cuando tiene interés, lo que significa que realmente quiere comprender -entonces pone usted todo su corazón y su mente en la búsqueda.
Ese estado de ser consciente sería, como vivir con una serpiente en su habitación, vigilaría cada movimiento y estaría muy, muy sensible al más ligero ruido que hiciera. Tal estado de atención es energía total; en ese estado de ser consciente la totalidad de su ser se revela en un instante.

...Cuando usted se ha mirado así tan hondamente, podrá penetrar a mayor profundidad. Cuando decimos "mayor profundidad" no estamos comparando. Siempre pensamos a base de comparaciones -profundo y superficial, feliz o infeliz-. Siempre estamos midiendo, comparando. Y bien, ¿hay tal estado que se llame lo profundo y lo superficial en uno mismo? Cuando digo "mi mente es superficial, vacía, pequeña, estrecha, limitada", ¿cómo sé todas estas cosas? Porque he comparado mi mente con la de usted, que es más brillante, que tiene más capacidad, es más inteligente y alerta.
¿Conocería mi pequeñez sin la comparación? Cuando tengo hambre no comparo ésta con mi hambre de ayer. El hambre de ayer es una idea, un recuerdo.
Si estoy siempre comparándome con usted, luchando por ser como usted, estoy negando lo que soy y, por tanto, creando una ilusión. Cuando he comprendido que la comparación en cualquier forma lleva sólo a mayor ilusión y mayor desdicha, igual que cuando me analizo, añadiendo algo poco a poco al conocimiento de mí mismo, o me identifico con algo exterior a mí, ya sea el Estado, un salvador o una ideología -cuando comprendo que todo este proceso conduce a mayor conformidad y en consecuencia, a mayor conflicto-, cuando veo todo esto, lo pongo a un lado por completo. Entonces mi mente ya no está buscando. Es muy importante comprender esto. Entonces mi mente ya no está tanteando, preguntando, buscando. Esto no significa que mi mente está satisfecha con las cosas tal como son, pero sí que no tiene ilusiones. Una mente así, puede moverse entonces en una dimensión totalmente distinta. 
J.Krishnamurti