jueves, 26 de noviembre de 2015

G. I. Gurdjieff - La paja en el ojo ajeno -

- Ser severo con uno mismo e indulgente con los demás es alejarse de los resentimientos.
Cada uno está listo para ver la paja en el ojo ajeno. Todos estamos ciegos a nuestras peores faltas.
Si un hombre es sincero consigo mismo, se pone en el lugar del otro y sabe que él mismo no es mejor. Si usted quiere ser mejor, trate de ayudar a otro. Pero tal como la gente es ahora, se obstruyen el uno al otro y se desprecian. Además, un hombre no puede ayudar a otro, no puede elevar a otro, porque ni siquiera puede ayudarse a sí mismo.

-Es necesario sentir el horror de sí mismo para conocerse a sí mismo.

- Muchas cosas son necesarias para observar: La primera es sinceridad con uno mismo. Y esto es muy difícil. Es mucho más fácil ser sincero con un amigo. El hombre tiene miedo de ver algo malo, y si por accidente, al mirar profundamente, ve su propio mal, ve también su nulidad. Tenemos el hábito de rechazar pensamientos sobre nosotros mismos, porque tenemos miedo de los remordimientos de conciencia. La sinceridad puede ser la llave que abrirá la puerta a través de la cual una parte puede ver la otra. Con sinceridad el hombre puede mirar y ver algo. La sinceridad con uno mismo es muy difícil, porque una gruesa costra ha crecido sobre la esencia.
Cada año un hombre se pone una ropa nueva, una nueva máscara, una y otra vez. Todo esto se debe quitar gradualmente; uno debería liberarse, desvestirse. Hasta que un hombre no se desnude a sí mismo, no podrá ver.

Gurdjieff