El sueño que desciende sobre mi,
El sueño mental que desciende físicamente sobre mi,
El sueño universal que desciende individualmente sobre
mi:
Ese sueño
Parecerá a los otros el sueño de dormir,
El sueño de la voluntad de dormir,
El sueño de ser sueño.
Pero es más, más de adentro, más de arriba:
Es el sueño de la suma de todas las desilusiones,
Es el sueño de la síntesis de todas las desesperanzas,
Es el sueño de tener mundo conmigo allá dentro
Sin que yo hubiese contribuido en nada para eso.
El sueño que desciende sobre mi
Es sin embargo como todos los sueños.
El cansancio tiene al menos blandura,
El abatimiento tiene al menos sosiego,
La rendición es al menos el fin del esfuerzo,
El fin es al menos el ya no tener que esperar..
Hay un sueño de abrir una ventana,
Vuelvo indiferente la cabeza hacia la izquierda
Por encima del hombro que la siente,
Miro por la ventana entreabierta:
La muchacha del segundo piso de enfrente
Se asoma con los ojos azules en busca de alguien.
¿De quién?
Pregunta mi indiferencia.
Y todo eso es sueño.
Dios mío, ¡tanto sueño!...
de Fernando Pessoa. Traducción de Rodolfo Alonso
El sueño mental que desciende físicamente sobre mi,
El sueño universal que desciende individualmente sobre
mi:
Ese sueño
Parecerá a los otros el sueño de dormir,
El sueño de la voluntad de dormir,
El sueño de ser sueño.
Pero es más, más de adentro, más de arriba:
Es el sueño de la suma de todas las desilusiones,
Es el sueño de la síntesis de todas las desesperanzas,
Es el sueño de tener mundo conmigo allá dentro
Sin que yo hubiese contribuido en nada para eso.
El sueño que desciende sobre mi
Es sin embargo como todos los sueños.
El cansancio tiene al menos blandura,
El abatimiento tiene al menos sosiego,
La rendición es al menos el fin del esfuerzo,
El fin es al menos el ya no tener que esperar..
Hay un sueño de abrir una ventana,
Vuelvo indiferente la cabeza hacia la izquierda
Por encima del hombro que la siente,
Miro por la ventana entreabierta:
La muchacha del segundo piso de enfrente
Se asoma con los ojos azules en busca de alguien.
¿De quién?
Pregunta mi indiferencia.
Y todo eso es sueño.
Dios mío, ¡tanto sueño!...
de Fernando Pessoa. Traducción de Rodolfo Alonso