Si mientras practicamos no somos conscientes de que el mundo sufre, de que hay niños que mueren de hambre, de que la injusticia social se manifiesta en todas partes, entonces es que no estamos practicando la atención vigilante. Sólo estamos tratando de escapar. Pero la rabia no es suficiente. Jesús nos dijo que amásemos a nuestros enemigos. "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen." Esta enseñanza nos ayuda a saber cómo mirar a la persona que consideramos como la causa de nuestro sufrimiento. Si practicamos la mirada profunda en su situación y las causas por las que ha llegado a ser lo que es y si nos visualizamos a nosotros mismos naciendo en su misma condición, veremos que podríamos haber sido exactamente como ella.
Cuando llevamos esto a la práctica, la compasión aparece de forma natural en nosotros y vemos que la otra persona necesita ser ayudado y no castigado. En ese momento, nuestra rabia se transforma a sí misma en energía de compasión. De repente, el que habíamos considerado como nuestro enemigo se convierte en nuestro hermano o hermana. Ésta es la verdadera enseñanza de Jesús. Mirar profundamente es uno de los medios más efectivos para transformar nuestra rabia, prejuicios y discriminación. Practicamos como individuos y también practicamos como grupo.
... En el budimo hablamos de la salvación mediante la comprensión. Vemos que la falta de comprensión es la causa del sufrimiento. La comprensión es el poder que puede liberarnos. Es la llave que puede abrir la puerta de la prisión del sufrimiento. Si no practicamos la comprensión nos impedimos la utilización de la más valiosa herramienta que podría liberarnos del sufrimiento a nosotros y a los demás seres vivos. El verdadero amor es sólo posible mediante la comprensión real.
La meditación budista -detención, calma y mirada profunda- nos ayuda a comprender mejor. En cada uno de nosotros existe la semilla de la comprensión. Esa semilla es Dios, y también es Buda. Si dudamos de la existencia de la semilla de la comprensión, se duda de Dios y de Buda.
...pero ¿Cómo podemos amar a nuestro enemigo? Sólo hay un camino: comprenderle. Debemos comprender por qué es como es, cómo llegó a ser lo que es, y por qué no ve las cosas como las vemos nosotros. Comprender a una persona nos otorga el poder de amarla y aceptarla. Y en el momento que la amamos y la aceptamos, cesa de ser nuestro enemigo. "Amar a nuestro enemigo" es imposible, porque en el momento en que lo amamos deja de ser nuestro enemigo.
...debemos practicar la mirada profunda a fin de comprenderlo. Si lo hacemos, lo aceptamos, lo amamos y también nos aceptamos y amamos a nosotros mismos.
...todo el mundo comete errores. Si somos conscientes veremos que algunas de nuestras acciones pasadas han causado sufrimiento a otros, y algunas acciones de los demás nos han hecho sufrir.
...No podemos forzarnos a perdonar. Sólo cuando se comprende lo que ha sucedido se puede sentir compasión por la otra persona o perdonarlo. Este tipo de perdón es el fruto de la consciencia. Cuando se es consciente se pueden ver las múltiples causas que condujeron a la otra persona a hacernos sufrir, y cuando se ve así, el perdón y la liberación aparecen de forma natural.
Thich Nhat Hanh
fragmentos escogidos del libro "Buda viviente, Cristo viviente" del maestro Zen y poeta vietnamita Thich Nhat Hanh.
Cuando llevamos esto a la práctica, la compasión aparece de forma natural en nosotros y vemos que la otra persona necesita ser ayudado y no castigado. En ese momento, nuestra rabia se transforma a sí misma en energía de compasión. De repente, el que habíamos considerado como nuestro enemigo se convierte en nuestro hermano o hermana. Ésta es la verdadera enseñanza de Jesús. Mirar profundamente es uno de los medios más efectivos para transformar nuestra rabia, prejuicios y discriminación. Practicamos como individuos y también practicamos como grupo.
... En el budimo hablamos de la salvación mediante la comprensión. Vemos que la falta de comprensión es la causa del sufrimiento. La comprensión es el poder que puede liberarnos. Es la llave que puede abrir la puerta de la prisión del sufrimiento. Si no practicamos la comprensión nos impedimos la utilización de la más valiosa herramienta que podría liberarnos del sufrimiento a nosotros y a los demás seres vivos. El verdadero amor es sólo posible mediante la comprensión real.
La meditación budista -detención, calma y mirada profunda- nos ayuda a comprender mejor. En cada uno de nosotros existe la semilla de la comprensión. Esa semilla es Dios, y también es Buda. Si dudamos de la existencia de la semilla de la comprensión, se duda de Dios y de Buda.
...pero ¿Cómo podemos amar a nuestro enemigo? Sólo hay un camino: comprenderle. Debemos comprender por qué es como es, cómo llegó a ser lo que es, y por qué no ve las cosas como las vemos nosotros. Comprender a una persona nos otorga el poder de amarla y aceptarla. Y en el momento que la amamos y la aceptamos, cesa de ser nuestro enemigo. "Amar a nuestro enemigo" es imposible, porque en el momento en que lo amamos deja de ser nuestro enemigo.
...debemos practicar la mirada profunda a fin de comprenderlo. Si lo hacemos, lo aceptamos, lo amamos y también nos aceptamos y amamos a nosotros mismos.
...todo el mundo comete errores. Si somos conscientes veremos que algunas de nuestras acciones pasadas han causado sufrimiento a otros, y algunas acciones de los demás nos han hecho sufrir.
...No podemos forzarnos a perdonar. Sólo cuando se comprende lo que ha sucedido se puede sentir compasión por la otra persona o perdonarlo. Este tipo de perdón es el fruto de la consciencia. Cuando se es consciente se pueden ver las múltiples causas que condujeron a la otra persona a hacernos sufrir, y cuando se ve así, el perdón y la liberación aparecen de forma natural.
Thich Nhat Hanh
fragmentos escogidos del libro "Buda viviente, Cristo viviente" del maestro Zen y poeta vietnamita Thich Nhat Hanh.