martes, 25 de noviembre de 2014

Meditar caminando

                                             La mente puede seguir cientos de direcciones.
                                                              Pero yo camino en paz,
                                                          por este maravilloso sendero.
                                                  Con cada paso sopla un viento suave.
                                                          Con cada paso nace una flor.

 
 
Caminar meditando puede ser muy agradable. Caminaremos despacio solos o con amigos, si es posible, por un sitio bonito. La meditación caminando es realmente para disfrutar del paseo, no sólo para llegar o únicamente para caminar. El propósito es estar en el momento presente y disfrutar de cada paso que damos. Por eso debemos dejar a un lado todas las preocupaciones y ansiedades, no pensar ni el el futuro ni en el pasado, solamente disfrutar el momento presente. Cuando paseas puedes llevar de la mano a un niño, como si fueras la persona más feliz del mundo. Nosotros caminamos siempre pero habitualmente parece más bien que corremos. Nuestros apresurados pasos imprimen ansiedad y tristeza sobre la tierra. Si podemos dar una paso en paz, podremos dar dos, tres, cuatro y cinco pasos por la paz, podremos dar dos, tres, cuatro y cinco pasos por la paz y la alegría de la humanidad.
Nuestra mente se avalanza de una cosa a otra, como un mono que se balancea de una rama a otra sin pararse a descansar. Los pensamientos tienen millones de recodos y siempre estamos siendo empujados a ellos en un mundo lleno de olvido. Si podemos transformar el sendero por donde caminamos en un campo para meditar, nuestros pies darán cada paso con plena consciencia.
Nuestra respiración estará en plena armonía con nuestros pasos y nuestra mente estará naturalmente a gusto. Cada paso que demos reafirmará nuestra paz y alegríay nos causará un torrente de calma y energía que discurrirá a través de todos nosotros. Entonces podremos recitar:
 
                                      "A cada paso que damos sopla una suave brisa".

El Buda a menudo es representado por los artistas sentado sobre una flor de loto para sugerir la paz y felicidad de la que disfruta. Los artistas también representan al nuevamente nacido Buda con flores de loto surgiendo debajo de sus pies. Si caminamos sin ansiedad, en paz y alegría, entonces todos nosotros haremos brotar flores de la tierra con cada uno de nuestros pasos.

Thich Nhat Hanh