martes, 3 de enero de 2012

...aprende a vivir de modo más superconsciente. Esto significa vivir con la consciencia nacida de la meditación. Intenta hacer que la paz que experimentas en la meditación sea la base de tu experiencia objetiva de la vida. Cuando los vientos de las obligaciones mundanas vuelvan a azotarte, no dejes que la paz de la meditación se te escurra de las manos como granos de arena.

No permitas que las insistentes exigencias de la gente destruya la serenidad de tu consciencia.
No permitas que los demás te definan en sus propios términos. Vive según la visión interior que tengas de ti. Tu perdurable realidad es la paz, el amor, y la alegría que has experimentado en tu propia alma.
La meditación te hace consciente de un mundo mejor. No es un mundo de ensueños, sino un mundo más real que cualquier otro. Al ser consciente de él, serás capaz de afrontar las cosas y las situaciones más eficazmente que la gente que te rodea, que se empeña en creer que su mundo es real. Tu paz interior te ayudará a resolver problemas que otras personas, al vivir como viven, inmersas en intereses y preocupaciones, son incapaces de solucionar.
La serenidad te llegará como resultado de tu meditación diaria. Esta serenidad engendrará percepciones intuitivas. En las situaciones en las que antes te habías quedado quizá paralizado ante la enormidad de los problemas de la vida, la intuición te dará respuestas claras y sencillas...
...aprende a observar la vida percibiendo la unidad que subyace en ella. No te empeñes en analizarlo todo. Obviamente, hay situaciones en las que el análisis es necesario, pero incluso en este caso, sumérgete profundamente en la consciencia de la interdependencia de todas las cosas. Porque todo es una manifestación de una realidad universal -aunque sean olas y adquieran diferentes formas, son manifestaciones del mismo océano.
La vida tiene coherencia, encierra un propósito y un significado.
Considera a los demás, no como "aquello que no eres" (cómo afirmaba Sartre), sino como una parte de tu mayor realidad. Ámalos con la consciencia interior que estás desarrollando con la meditación. Toda la humanidad es, en el sentido más profundo, tu propio ser.
Todas las cosas están sujetas a la Ley de la Unidad. Cada cosa tiene su parte opuesta compensándola. El péndulo, tras oscilar en una dirección, retrocede hacia la opuesta. Cada subida, tiene su bajada, cada izquierda, tiene su derecha; cada polo negativo, tiene su positivo. Oscuridad y luz, frío y calor, dolor y placer, lo masculino y lo femenino, en toda la naturaleza hallamos opuestos equilibrándose entre sí.

texto tomado de un discípulo de Paramahansa Yogananda