Para tener una actitud correcta hacia las cosas, debemos aprender a pensar de un modo diferente, y a tener pensamientos más largos. Cada uno de nuestros pensamientos es demasiado corto. Hasta que no se tenga experiencia a partir de nuestra propia información de la diferencia entre pensamientos largos y cortos, esta idea no significará nada.
Mientras permitamos a nuestro pensamiento depender enteramente de asociaciones habituales no mejorará; pero si introducimos nuevos puntos de vista, podemos crear nuevas asociaciones. Por ejemplo, estamos acostumbrados a pensar en términos absolutos -todo o nada-, pero es necesario comprender que cualquier cosa nueva llega al principio en chispazos. Llega, y después desaparece. Sólo después de un cierto tiempo estos chispazos se tornan largos y después más largos, y usted los puede ver y darse cuenta de ellos. Nada llega inmediatamente en forma completa. Todo lo que puede ser adquirido llega, luego desaparece, viene de nuevo, de nuevo desaparece. Después de largo tiempo vuelve y permanece un poco, de modo que se le puede dar un nombre, percibirlo. No quiero dar un ejemplo porque podría conducir a imaginaciones. Todo lo que puedo decir es que, por ejemplo, mediante ciertos esfuerzos de autorecuerdo se podrían ver ciertas cosas que no se perciben ahora. Nuestros ojos no son tan limitados como pensamos. Hay muchas cosas que se pueden ver pero no notar. No podemos percibir distintamente hasta que no pensamos distintamente. Tenemos control sólo sobre los pensamientos; no tenemos control sobre la percepción. La percepción no depende de nuestro deseo o decisión, depende en particular de nuestro estado de conciencia, de nuestro estar más despiertos. Si uno despierta por suficiente tiempo, digamos por una hora, puede ver muchas cosas que no ve ahora.
P. D. Ouspensky
Mientras permitamos a nuestro pensamiento depender enteramente de asociaciones habituales no mejorará; pero si introducimos nuevos puntos de vista, podemos crear nuevas asociaciones. Por ejemplo, estamos acostumbrados a pensar en términos absolutos -todo o nada-, pero es necesario comprender que cualquier cosa nueva llega al principio en chispazos. Llega, y después desaparece. Sólo después de un cierto tiempo estos chispazos se tornan largos y después más largos, y usted los puede ver y darse cuenta de ellos. Nada llega inmediatamente en forma completa. Todo lo que puede ser adquirido llega, luego desaparece, viene de nuevo, de nuevo desaparece. Después de largo tiempo vuelve y permanece un poco, de modo que se le puede dar un nombre, percibirlo. No quiero dar un ejemplo porque podría conducir a imaginaciones. Todo lo que puedo decir es que, por ejemplo, mediante ciertos esfuerzos de autorecuerdo se podrían ver ciertas cosas que no se perciben ahora. Nuestros ojos no son tan limitados como pensamos. Hay muchas cosas que se pueden ver pero no notar. No podemos percibir distintamente hasta que no pensamos distintamente. Tenemos control sólo sobre los pensamientos; no tenemos control sobre la percepción. La percepción no depende de nuestro deseo o decisión, depende en particular de nuestro estado de conciencia, de nuestro estar más despiertos. Si uno despierta por suficiente tiempo, digamos por una hora, puede ver muchas cosas que no ve ahora.
P. D. Ouspensky