¿Cómo podemos saber lo que realmente somos si no meditamos?
Meditar no es simplemente sentarse tranquilamente, sin hacer nada esperando lo mejor; ello es simplemente pensar sobre la meditación. Meditar es acabar con la vana esperanza. No debemos esperar nada o desear nada, si no fracasaremos en nuestra meditación. La esperanza y las expectativas son los principales obstáculos para el progreso de la visión profunda en la vía espiritual. ¿Podemos vivir sin nuestras expectativas? Sí, podemos vivir con mucha felicidad y con mucho éxito. Si nos creamos expectativas, tal vez no consigamos lo esperado. Es mejor vivir la vida plenamente en el presente, de instante en instante. Tal vez tengamos planes, pero deben ser flexibles. No deben ser fijos o definitivos, puesto que todo cambia. Debido a que las cosas seguirán cambiando en el mundo de los fenómenos debemos ser capaces de adaptarnos; estar dispuestos a inclinarnos sin rompernos.
No son solo palabras, sino algo que hay que vivir. Creo que existen evidencias para decir que la mayoría de las personas en realidad no viven: simplemente existen. existimos en el mundo, el mundo de los negocios y el mundo de la religión, y estamos confundidos por vivir en tantos mundos de experiencia. En la vida nos topamos con vicisitudes. Las cosas que experimentamos en la vida nos trastornan, nos hacen desdichados o nos agradan. Esto constituye la existencia.
Pero vivir es distinto de existir. En el vivir uno está despierto a todas las circunstancias de la vida. No podemos estar tan vivos si no aceptamos los hechos de la vida cambiante, acompañada de su falsedad e irrealidad.
Vivir es gozar constantemente de una plena consciencia de las cosas, puesto que al ser conscientes y estar atentos tenemos libertad, claridad, alerta y vigilia. Todo aquello que se nos presenta a la vista lo comprendemos tal cual es, lo que nos conduce a la comprensión de lo que somos. Entonces podemos afrontar todas las cosas en paz y felizmente, puesto que nuestro mundo interior se purifica y está libre de obstáculos.
Existe equilibrio interior y felicidad sin apego a la felicidad. Si nos apegamos a la paz, dejamos de estar en paz y estamos distraídos en algún sitio pensando en la paz.
El conocimiento analítico es la vía de la libertad con respecto a los acontecimientos exteriores. Las cosas o experiencia externas, si las analizamos en sus aspectos de ir y venir, nacer y desaparecer, entonces se contemplan como acontecimientos pasajeros que nos conducen a liberarnos del apego. Pero si no podemos analizar los cambios físicos y mentales o las experiencias vitales, no podemos conseguir claridad y por el contrario nos vemos atados a las satisfacciones, placeres, o infelicidad y penas. Carece de sabiduría el estar atado a algo común a la vida. Lo sabio es ser libre. Lo que no significa que no debamos disfrutar de nada en la vida.
En realidad, podemos conservar todo lo que no es perjudicial ya sea para ti o para los demás. Lo fundamental es la libertad interior. De este modo podemos observar serenamente la incomodidad o la comodidad, o todo aquello que pase e el mundo interno o externo.
En meditación, el conocimiento analítico es muy útil cuando la mente se estanca, puesto que cuando alcanzamos algunos estados de meditación surge un estado de mente estancada, antes de que pasemos a la paz y a la tranquilidad.
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Fragmento del libro "La vía del despertar" del monje Dhiravamsa. La traducción es de Fernando Pardo. Esta edición en castellano está editada por Los libros de la liebre de marzo.
Es un libro que recomiendo especialmente a todos aquellos que quieran acercarse a la práctica de la meditación. En él uno puede experimentar una aproximación más que justa a temas a veces no tan bien abordados como el de la atención, la concentración, la observación, el desapego y la consciencia. Si bien el texto rebosa y brilla de claridad intelectual y el autor jamás descuida el hecho de que siempre tengamos presente el fin último de la práctica constante. Un libro esencialmente práctico que trata de acompañarnos en las diferentes etapas o niveles para ayudarnos a comprender en cierta medida lo que vamos experimentando.
En este libro hay un capítulo, a mi manera de entender, fundamental, en donde explica brillantemente como comprender el proceso del condicionamiento. Es extraordinariamente esclarecedor.
Miguel Fochesatto