domingo, 26 de mayo de 2013

El conocimiento

 

La vía del conocimiento presupone la renunciación, pero renunciación significa, en sus más puros términos, reconocimiento de lo que no es. De ahí que la renuncia no supone mérito, sino conocimiento, porque en definitiva el sabio renuncia a lo que no es. Más la búsqueda de lo que no es, es árida y prolongada. Hay que despojarse día a día, minuto a minuto, de los atributos que han sido descubierto como tales, hasta llegar al sí-mismo puro y desnudo, esto es, hasta llegar a reconocer en la existencia propia la cualidad de la nada.
Hay que revestirse de esa nada, sustentarse de ella, morar y profundizarse en ella, gozar en ella y ser ella. Allí está el conocimiento.


Extracto del libro "El tratado de la unidad" de Muhiyuddin El-Arabi

¿Existe en absoluto la justicia en esta vida?

Parece haber muy poca justicia en el mundo. Los filósofos han hablado mucho acerca de la justicia. Los trabajadores sociales hablan de la justicia. El hombre común quiere justicia. Pero, ¿Existe en absoluto la justicia en esta vida? Uno es ingenioso, está bien acomodado, tiene una buena mente y una buena apariencia; tiene todo lo que desea. Otro, no tiene nada. Uno es bien educado, refinado, tiene libertad para hacer lo que le plazca. Otro es un lisiado, pobre de mente y corazón. Uno tiene capacidad para escribir y hablar; es un buen ser humano. Otro no lo es. Éste ha sido el problema de la filosofía con su "amor a la verdad", su "amor a la vida". Pero tal vez la verdad se encuentra en la vida misma, no en los libros lejos de la vida, no en las ideas. Tal vez la verdad se encuentra donde estamos y en el modo como vivimos.
Cuando uno mira a su alrededor, la vida parece tan vacía y tan carente de sentido para la mayoría de la gente. 
¿Puede el hombre tener justicia alguna vez? ¿Hay en absoluto justicia alguna en el mundo?
Uno es rubio, otro es moreno. Uno es brillante, atento, sensible, lleno de sentimientos, ama una bella puesta de sol, la gloria de la luna y la asombrosa luz sobre el agua; uno ve todo eso y otro no lo ve. Uno es razonable, cuerdo, sano, y otro no es nada de eso. De modo que nos preguntamos, seriamente:
Hay en absoluto justicia en el mundo?
Ante la ley somos supuestamente iguales, pero algunos son "más iguales" que otros que no tienen dinero suficiente para contratar buenos abogados. Algunos nacen en un alto nivel social, otros en un nivel bajo. Observando todo esto en el mundo, por lo visto hay muy poca justicia. 
¿Dónde está, pues, la justicia?
Parece que hay justicia sólo cuando hay compasión. La compasión es el fin del sufrimiento. La compasión no nace de ninguna religión, de ningún culto. Uno no puede ser un hindú con todas sus supersticiones y sus dioses inventados y, aun así, volverse compasivo - es imposible. Para tener compasión es preciso que haya libertad, completa y total libertad con respecto a todo condicionamiento. 
La justicia empieza sólo cuando la mente es muy clara y cuando hay compasión.
Cuando hay compasión, entonces con ella hay inteligencia, y esa inteligencia tiene la visión de la justicia.

J. Krishnamurti


miércoles, 15 de mayo de 2013

Vida cotidiana y vida espiritual


La vida cotidiana no dista mucho de la vida eterna.
Mientras que imaginéis que la vida corriente es distinta
de la vida espiritual, os enfrentaréis a estas dificultades.
Si la vida espiritual es entendida correctamente,
Descubriréis que no es diferente de la vida activa.
¿Acaso lo mental puede llegar a atraparse a sí mismo,
como si de un objeto se tratara?  La verdadera vía
consiste en buscar y encontrar la fuente de todas las
funciones mentales.
Esta fuente de lo mental es la Realidad suprema. Uno
no consigue conocer su Yo, a causa de la interferencia
 de los pensamientos.
El Yo consigue realizarse sólo cuando ha desaparecido
todo pensamiento.












                                     Ramana Maharshi

viernes, 10 de mayo de 2013

Enseñanzas Zen del gran maestro Huang Po

Pregunta: En el momento de la Iluminación, ¿dónde se halla el Buda?

Respuesta: ¿De dónde procede vuestra pregunta? ¿En dónde se origina vuestra consciencia? ¡Cuando el hablar está callado, todo movimiento aquietado, toda visión y todo sonido extinguidos, entonces es cuando la labor de liberación del Buda medra!  Entonces, ¿dónde será donde buscaremos al Buda? No nos es dable poner una cabeza sobre nuestra cabeza u otros labios sobre nuestros labios; más bien nos abstendremos de incurrir en toda clase de distinciones dualísticas.
Las montañas son montañas. El agua es agua. Los monjes son monjes. Los seglares son seglares. ¡Pero tanto estas montañas como esos ríos y el mundo todo con el Sol mismo, la Luna y todas las estrellas, no hay uno de ellos que exista fuera de vuestra mente! Todos los millares de cosmos susceptibles de existencia, existen sólo en vosotros. Así pues, ¿en qué otra parte nos será posible hallar las diversas categorías de los fenómenos? Fuera de nuestra mente no hay nada. Las verdes colinas que por dondequiera se ofrecen a vuestra mirada, lo mismo que ese vacío firmamento que veis lucir por encima de la Tierra, no hay un ápice de todo ello que exista fuera de los conceptos que os habéis forjado vosotros mismos. Así es, pues que todo acto de percepción, visión o sonido, no es otra cosa que el Ojo de la sabiduría de Buda.
Los fenómenos no se originan independientemente, sino  que son estimulados por el ambiente. Y lo que requiere toda clase de conocimiento individualizado es su facultad de aparecer como objetos. Uno puede hablar durante todo el día, y con todo, ¿que será de lo que se habrá dicho? Uno puede escuchar desde el alba hasta el ocaso y, después de todo, ¿qué será lo que se habrá oído? Así fue como el Buda Gautama predicó durante cuarenta y nueve años y, con todo, realmente, no se profirió ni una sola palabra.

Bodhi no es un estado. El Buda no lo alcanzó. Los seres sencientes no carecen de él. No puede alcanzarse con el cuerpo ni buscarse con la mente. Todos los seres sencientes son YA de la misma esencia que el Bodhi.

- Que no hay nada que pueda ser alcanzado no es un absurdo; es la verdad. Siempre hemos sido uno con el Buda, así que no pretendamos que podemos alcanzar esta unidad mediante varias prácticas. Si en este mismo momento nos convenciésemos de su inalcanzabilidad y estuviésemos seguros de que nunca se puede alcanzar nada, estaríamos listos para tener la mente del Bodhi. Muy duro resulta el significado de esta enseñanza. Nos sirve para refrenarnos en la búsqueda de la naturaleza del Buda, puesto que cualquier búsqueda está condenada al fracaso.

Huang Po


GURDJIEFF

EL CAMINO ES DURO, A CADA PASO EL ASCENSO ES MÁS Y MÁS EMPINADO, Y ASÍ CONTINÚA, PERO LA FUERZA DE UNO TAMBIÉN AUMENTA.  EL HOMBRE SE TEMPLA, Y CON CADA PASO ASCENDENTE SU PERSPECTIVA SE VUELVE MÁS AMPLIA.

SÓLO AL VENCER LOS OBSTÁCULOS UN HOMBRE PUEDE DESARROLLAR EN SÍ MISMO LAS CUALIDADES QUE NECESITA.

MUCHAS COSAS SON NECESARIAS PARA OBSERVAR.
LA PRIMERA ES SINCERIDAD CON UNO MISMO. Y ESTO ES MUY DIFÍCIL. ES MUCHO MÁS FÁCIL SER SINCERO CON UN AMIGO. EL HOMBRE TIENE MIEDO DE VER ALGO MALO, Y SI POR ACCIDENTE, AL MIRAR PROFUNDAMENTE, VE SU PROPIO MAL, VE TAMBIÉN SU NADIDAD. TENEMOS EL HÁBITO DE RECHAZAR PENSAMIENTOS SOBRE NOSOTROS MISMOS, PORQUE TENEMOS MIEDO DE LOS REMORDIMIENTOS DE CONSCIENCIA. LA SINCERIDAD PUEDE SER LA LLAVE QUE ABRIRÁ LA PUERTA A TRAVÉS DE LA CUAL UNA PARTE PUEDA VER A OTRA. CON SINCERIDAD EL HOMBRE PUEDE MIRAR Y VER ALGO. LA SINCERIDAD CON UNO MISMO ES MUY DIFÍCIL, PORQUE UNA GRUESA COSTRA HA CRECIDO SOBRE LA ESENCIA.
CADA AÑO UN HOMBRE SE PONE ROPA NUEVA, UNA NUEVA MÁSCARA, UNA Y OTRA VEZ. TODO ESTO SE DEBE QUITAR GRADUALMENTE; UNO DEBERÍA LIBERARSE, DESVESTIRSE. HASTA QUE UN HOMBRE NO SE DESNUDE A SÍ MISMO, NO PODRÁ VER.

G. I. GURDJIEFF

jueves, 9 de mayo de 2013

Actitud correcta hacia la vida

En lo que respecta a la actitud hacia la vida, conviene más pensar que las experiencias que sufrimos nos son necesarias. De otro modo haremos continuamente cargos internos y nos quejaremos que las cosas no son justas. Admitir este punto de vista acerca de nuestras experiencias nos da un mayor significado. Esta es la única manera de lograr algo de cada experiencia. Es la única respuesta al por qué sufrimos tantas experiencias desagradables. Ahora bien, con el fin de sostener este punto de vista sobre nuestras experiencias debemos recordar y estar despiertos. Debemos estar despiertos al punto de vista consciente al cual pertenece nuestra experiencia porque nuestro ser la necesita para desarrollarse. Vemos entonces que el material para nuestro desarrollo está en nuestras experiencias. Pero sin este punto de vista entendido conscientemente no lo podemos ver porque estamos  dormidos. Creemos que esas experiencias no hubieran debido acaecernos y posiblemente no tienen ningún sentido para nosotros. Pero son exactamente  el material sobre el cual hemos de trabajar. Es mediante esas experiencias como nos desarrollamos a expensas de nuestra imaginación. La persona imaginaria debe desaparecer.    
                                                             Dr. Maurice nicoll


La creencia en el trabajo

En este Trabajo nos dicen que nada puede cambiar al hombre a no ser que empiece a pensar de una manera nueva. Se nos dice asimismo que el trabajo se propone hacernos pensar de una nueva manera. Consideremos estas dos  aseveraciones para que emerja una parte de su significado y nos dé una o dos bofetadas en el rostro. Se verá que de estas aseveraciones sigue que la mente debe creer en el Trabajo. Esta es la primera bofetada en el rostro. Si no hay creencia en el trabajo, nada sucede. Esta es la segunda bofetada. El hombre o la mujer seguirá pensando como siempre lo ha hecho y todo permanecerá como era antes. Es posible permanecer "en el Trabajo", tal como lo dice la frase, año tras año, y no creer en él, y así seguir sin cambio alguno en nuestra manera de pensar. Esto parece, a primera vista, imposible. Pero si una persona no cree en el Trabajo y en su autoridad y en su enseñanza, dicha persona no sufrirá cambio alguno de mente y si la manera de pensar de una persona sigue sin modificarse, el Trabajo no puede actuar sobre ella, Este es el punto y este es el significado de las dos aseveraciones.

¿No ven, pues, que nada puede cambiarnos a no ser que empecemos a pensar de una nueva manera, y puesto que el Trabajo se propone hacernos pensar eventualmente de una manera por entero nueva, a menos de creer en lo que nos enseña no producirá efecto alguno sobre nosotros?
Si somos duros de mente seguiremos siendo lo que siempre fuimos. No se producirá cambio de ser porque no hay cambio de pensar. Sin cambio de pensamiento no puede haber cambio de ser. Un hombre seguirá siendo el mismo hombre. La mente, con sus anteriores actitudes y hábitos de pensamiento, permanecerá sin modificación alguna y así el resto de la persona no sufrirá modificación alguna. El conocimiento enseñado por el Trabajo no penetrará en el pensamiento ni lo modificará. 
Oirán decir que tienen muchos "Yo" pero no lo creerán -y ocurrirá lo mismo con las otras ideas-. Por ejemplo, oirán decir que el nuevo conocimiento, el nuevo ser  y la nueva comprensión están todos interrelacionados y no se puede tener una nueva comprensión sin los otros dos. Pero no lo creerán. Pues bien, es preciso reflexionar cuidadosamente sobre este punto. Notar si se ha captado su significado.
¿Creen ustedes que su comprensión permanecerá en el mismo nivel si su conocimiento no cambia, ya que su ser no cambiará a no ser que cambie su conocimiento? Lo dudo. 
...un hombre puede conocer el Trabajo y no creer en el mismo. Conocer no es creer. Además, puede enseñar el Trabajo y no creer en él. Esto es muy posible para ciertos tipos de hombre. No se engaña a sí mismo pero engaña a los otros. Puede fingir creer, pero son muchos los que fingen creer en el cristianismo, por ejemplo, y no creen en absoluto. Es por eso que de vez en cuando hay que observarse a sí mismo y ver que parte de uno cree en el trabajo y cuál en la calidad de nuestra creencia y cuántos "Yo" luchan contra ella. Porque según la calidad de nuestra creencia, así el Trabajo responderá y actuará sobre nosotros. Un hombre puede creer que cree en el Trabajo y descubrir, por una cándida e imparcial autoobservación, que no cree. Descubre que se estaba engañando a sí mismo. Esto le da la oportunidad de proseguir. Es un choque útil como lo son todos los momentos de sinceridad consigo mismo. Despejan los falsos "Yo" que son como hechiceros parásitos en la mente. El hombre, la mujer, llegan a ser a tal punto su sinceridad interior en este trabajo. Sólo agregaré una cosa. Creer es tener confianza. Creer en el Trabajo es tener confianza en algo que es más que uno mismo. Creer  en la mente superior -esto es, en la Mente más grande que nuestra mente-. Ahora bien, la mente es invisible. Creer en la Mente Superior es por lo tanto que algo invisible cree en algo más grande también invisible. 

Dr. Maurice Nicoll

Krishnamurti - La dualidad entre el yo y el no yo

Gurdjieff Film



El sendero que conduce a la cesación del sufrimiento



Y he aquí, oh bhikkhus, la Noble Verdad acerca de la cesación de dukkha, Es la completa cesación de esta mismísima "sed"; es desistir, renunciar, emanciparse y desapegarse de ella.

Y he aquí, oh bhikkhus, la Noble Verdad acerca del sendero que conduce a la cesación de dukkha. Es el Noble Óctuple sendero, a saber: recta comprensión, recto pensamiento, rectas palabras, recta acción, rectos medios de vida, recto esfuerzo, recta atención y recta concentración.
                                                              .................................

(fragmento del primer discurso del Buddha ofrecido a sus antiguos compañeros en la búsqueda de la Verdad, en el Parque de las Gacelas, en Isipatana, cerca de Benares, India.,)
Texto extraído del libro Lo que el Buddha enseñó, de Walpola Rahula publicado en español por editorial Kier de Buenos Aires.

miércoles, 8 de mayo de 2013

EL BUDA

El impacto de Buda fue tal que, algunas veces, la gente sentía que era algo más que humano.

 - ¿Eres Dios?  - le preguntaba la gente.
 - No  - respondía.
 - ¿Eres un ángel?
 - No.
 - Entonces, ¿qué eres? - volvían a preguntar.
 - Estoy despierto - respondió.



martes, 7 de mayo de 2013

Observar el cuerpo en el cuerpo

Cuando practicamos los nueve ejercicios que dio el Buddha para observar el cuerpo en el cuerpo, nos concentramos o en la respiración en el cuerpo, en las posiciones del cuerpo, en las acciones del cuerpo, en sus diferentes partes, en los elementos que lo componen o en su descomposición. Cuando observamos el cuerpo de este modo estamos en contacto directo con él y somos capaces de ver los procesos de creación y de descomposición en los constituyentes del cuerpo. En la primera versión del sutra, al final de cada ejercicio de meditación para observar el cuerpo, leemos:

             Así es como el practicante permanece establecido en la observación del cuerpo en el cuerpo: Observando el cuerpo desde el interior del cuerpo o desde el exterior del cuerpo, u observando el cuerpo desde el interior y el exterior. Permanece establecido en la observación del proceso de la creación en el cuerpo o en el proceso de la disolución en el cuerpo o en ambos procesos, el de la creación y el de la disolución. O es consciente del hecho de "aquí hay un cuerpo", hasta que se produzca la comprensión y el ser plenamente conscientes. Permanece establecido en la observación, libre, sin quedar atrapado en ninguna consideración mundana.

Hemos de recordar que la respiración, las posturas del cuerpo, los movimientos y las partes del cuerpo, pertenecen al cuerpo y son el cuerpo. Estar en contacto con estos aspectos, ser capaces de ver el proceso del nacimiento y de la muerte, de la no entidad y de la naturaleza interdependiente del cuerpo, es el propósito de practicar la observación vigilante del mismo.

Por lo tanto, las enseñanzas de lo perecedero, la falta de entidad propia y el origen interdependiente -las tres observaciones básicas del budismo- se alcanzan directamente a través de la práctica de los nueve ejercicios para observar atentamente el cuerpo. Estos nueve ejercicios nos pueden liberar y despertar a la verdadera naturaleza de las cosas.


Thich Nhat Hanh

viernes, 3 de mayo de 2013

El Tao

El Tao es un Vacío insondable
y está en movimiento incesante
que jamás se agota.

El Tao es la fuente
de donde brotan Todas las Cosas
y su apariencia
es como el agua tranquila de un lago.

Es silencioso 
y no siendo conocida su existencia,
permanece, sin embargo, como la Realidad una.

Yo no sé si es hijo de alguien,
ni si tuvo alguna vez origen,
pero sé que fue antes que el Cielo y la tierra.





Texto extraído del Tao Te King
                                                           (traducción de Roberto Pla)

¿Quién soy yo?

El cuerpo denso, que está compuesto de los siete humores (dhatus) no soy yo; los cinco órganos sensoriales cognitivos -oído, tacto, vista, gusto, y olfato-, que aprehenden sus respectivos objetos -sonido, tacto, color, sabor y olor-, no soy yo; los cinco órganos de la palabra, la locomoción, la prensión, la excreción y la procreación-, que tienen sus funciones respectivas -hablar, moverse, agarrar, excretar y gozar-, no soy yo; los cinco alientos vitales, prana, etc., que realizan respectivamente las cinco funciones de inspirar, etc., no soy yo; ni siquiera la mente que piensa soy yo; tampoco la nesciencia, dotada únicamente de las impresiones residuales de los objetos y en la que no hay ni objetos ni funciones, soy yo.

Después de negar todo lo arriba mencionado -"no es esto", "no es esto"-, cuando sólo permanece la consciencia, eso soy yo.

La naturaleza de la consciencia es Existencia-Consciencia-beatitud.

Cuando el mundo que es lo que-se-ve ha sido suprimido, se producirá la realización del Sí mismo que es el que ve.

Bhagaván Sri Ramana Maharshi

jueves, 2 de mayo de 2013

"Al dios ignoto"

Una vez más, antes de partir
y dirigir mi mirada hacia adelante,
solo, elevo mis manos
a tí, junto al que me dio refugio,
al que desde lo profundo de mi corazón
he consagrado altares
para que siempre
su voz vuelva a llamarme.

Sobre estos altares resplandece la palabra
profundamente incisa: "Al dios ignoto".
Soy suyo, aunque en la sacrílega
mesnada he permanecido hasta ahora:
soy suyo, y siento las cadenas
que me tiran al suelo en la lucha
y que, aun huyendo,
me obligan a servirlo.

Quiero conocerte, a ti, el ignoto,
que penetras a fondo mi alma,
como tempestad agitas mi vida,
¡inefable y sin embargo afín a mí!
Quiero conocerte, y también servirte.

Friedrich Nietzsche 

El triple refugio
















Tomo refugio en el Budha.
Tomo refugio en la enseñanza.
Tomo refugio en la comunidad.



Por segunda vez tomo refugio en el Budha.
Por segunda vez tomo refugio en la enseñanza.
Por segunda vez tomo refugio en la comunidad.

Por tercera vez tomo refugio en el Buda.
Por tercera vez tomo refugio en la enseñanza.
Por tercera vez tomo refugio en la comunidad.


Toma mi vida

Toma mi vida,
para que a ti, Señor, la consagre.
Toma mi corazón,
e imprégnalo, amor, contigo.
Toma mis ojos
y haz que se embriaguen, Dios, de ti.
Toma mis manos
y Haz que suden, verdad, por ti.

Swami Rama Tirtha (1873-1906)