El impacto de Buda fue tal que, algunas veces, la gente sentía que era algo más que humano.
- ¿Eres Dios? - le preguntaba la gente.
- No - respondía.
- ¿Eres un ángel?
- No.
- Entonces, ¿qué eres? - volvían a preguntar.
- Estoy despierto - respondió.