jueves, 9 de mayo de 2013

La creencia en el trabajo

En este Trabajo nos dicen que nada puede cambiar al hombre a no ser que empiece a pensar de una manera nueva. Se nos dice asimismo que el trabajo se propone hacernos pensar de una nueva manera. Consideremos estas dos  aseveraciones para que emerja una parte de su significado y nos dé una o dos bofetadas en el rostro. Se verá que de estas aseveraciones sigue que la mente debe creer en el Trabajo. Esta es la primera bofetada en el rostro. Si no hay creencia en el trabajo, nada sucede. Esta es la segunda bofetada. El hombre o la mujer seguirá pensando como siempre lo ha hecho y todo permanecerá como era antes. Es posible permanecer "en el Trabajo", tal como lo dice la frase, año tras año, y no creer en él, y así seguir sin cambio alguno en nuestra manera de pensar. Esto parece, a primera vista, imposible. Pero si una persona no cree en el Trabajo y en su autoridad y en su enseñanza, dicha persona no sufrirá cambio alguno de mente y si la manera de pensar de una persona sigue sin modificarse, el Trabajo no puede actuar sobre ella, Este es el punto y este es el significado de las dos aseveraciones.

¿No ven, pues, que nada puede cambiarnos a no ser que empecemos a pensar de una nueva manera, y puesto que el Trabajo se propone hacernos pensar eventualmente de una manera por entero nueva, a menos de creer en lo que nos enseña no producirá efecto alguno sobre nosotros?
Si somos duros de mente seguiremos siendo lo que siempre fuimos. No se producirá cambio de ser porque no hay cambio de pensar. Sin cambio de pensamiento no puede haber cambio de ser. Un hombre seguirá siendo el mismo hombre. La mente, con sus anteriores actitudes y hábitos de pensamiento, permanecerá sin modificación alguna y así el resto de la persona no sufrirá modificación alguna. El conocimiento enseñado por el Trabajo no penetrará en el pensamiento ni lo modificará. 
Oirán decir que tienen muchos "Yo" pero no lo creerán -y ocurrirá lo mismo con las otras ideas-. Por ejemplo, oirán decir que el nuevo conocimiento, el nuevo ser  y la nueva comprensión están todos interrelacionados y no se puede tener una nueva comprensión sin los otros dos. Pero no lo creerán. Pues bien, es preciso reflexionar cuidadosamente sobre este punto. Notar si se ha captado su significado.
¿Creen ustedes que su comprensión permanecerá en el mismo nivel si su conocimiento no cambia, ya que su ser no cambiará a no ser que cambie su conocimiento? Lo dudo. 
...un hombre puede conocer el Trabajo y no creer en el mismo. Conocer no es creer. Además, puede enseñar el Trabajo y no creer en él. Esto es muy posible para ciertos tipos de hombre. No se engaña a sí mismo pero engaña a los otros. Puede fingir creer, pero son muchos los que fingen creer en el cristianismo, por ejemplo, y no creen en absoluto. Es por eso que de vez en cuando hay que observarse a sí mismo y ver que parte de uno cree en el trabajo y cuál en la calidad de nuestra creencia y cuántos "Yo" luchan contra ella. Porque según la calidad de nuestra creencia, así el Trabajo responderá y actuará sobre nosotros. Un hombre puede creer que cree en el Trabajo y descubrir, por una cándida e imparcial autoobservación, que no cree. Descubre que se estaba engañando a sí mismo. Esto le da la oportunidad de proseguir. Es un choque útil como lo son todos los momentos de sinceridad consigo mismo. Despejan los falsos "Yo" que son como hechiceros parásitos en la mente. El hombre, la mujer, llegan a ser a tal punto su sinceridad interior en este trabajo. Sólo agregaré una cosa. Creer es tener confianza. Creer en el Trabajo es tener confianza en algo que es más que uno mismo. Creer  en la mente superior -esto es, en la Mente más grande que nuestra mente-. Ahora bien, la mente es invisible. Creer en la Mente Superior es por lo tanto que algo invisible cree en algo más grande también invisible. 

Dr. Maurice Nicoll