El dolor es un maestro que nos empequeñece,
un fuego que nos hace arder más pobremente
que nos aparta de la propia vida,
que con sus llamas nos rodea y deja solos.
Sabiduría y amor se hacen pequeños,
consuelo y esperanza se vuelven delgados y fugaces;
el sufrimiento nos ama salvaje y celosomente,
nos disolvemos y en Ser nos convertimos.
Se tuerce la forma terrenal, el Yo,
y se resiste y obstínase contra las llamas.
Luego se hunde silenciosamente en polvo
y al maestro se abandona resignado.
Herman Hesse