Este mundo existe. Existir o no existir es un problema metafísico. La realidad es un problema físico.
Es difícil comparar las dos cosas. Las religiones se equivocan a veces sobre este punto y crean confusión.
En el Zen auténtico no existe ningún comentario sobre los problemas metafísicos. Así como tampoco en el budismo, en los sutras de Buda ni en la filosofía de Nagarajuna. No es posible decidir tajantemente sobre esta cuestión que no puede ser resuelta por los conceptos ni por la ciencia. Es absurdo concebir la vida después de la muerte. Este problema preocupa sobre todo a las personas egoístas que desean ser inmortales. Son un buen tema de imaginación que las religiones egoístas han aprovechado. "Si hacéis grandes donativos, iréis al paraíso..."
Este problema no puede ser resuelto por la metafísica ni por el pensamiento. Es únicamente la imaginación la que responde. Dogen habla de ello en el Genjo-Koan. ¿El mundo existe o no existe? Como queráis. Si pulsáis el botón de vuestro aparato de televisión, aparecerá una imagen en la pantalla. Si lo pulsáis de nuevo, ya no existe. La muerte es así.
El mundo continúa existiendo después de nuestra muerte. Pero "nuestro mundo" desaparece. Nuestro karma no obstante, continúa. Nuestra sangre vuelve a la tierra y a las nubes...No terminamos nunca...
Nuestro cuerpo no termina nunca, nuestro espíritu no termina nunca. Cuerpo y espíritu son uno...
Los problemas metafísicos no pueden ser confirmados. La auténtica religión no aborda estos problemas ni hace ningún comentario sobre ellos. Sólo las personas egoístas piensan en la vida eterna.
Los fenómenos existen. Los ríos, las montañas, las estrellas son fenómenos del cosmos, ya que en su origen el cosmos era caos. Los fenómenos aparecen y se transforman continuamente. Este es el poder cósmico fundamental. Ku (vacuidad, vacío) se convierte en fenómenos.
- Texto extraído del libro Preguntas a un maestro Zen, del gran maestro Taisen Deshimaru.
El libro se encuentra publicado en francés por Zen éditions, Retz y en castellano por Editorial Kairós.
- No es algo maravilloso que exista una enseñanza como el Zen?