sábado, 3 de marzo de 2012

Poema de cumpleaños




Próximo a los ochenta, medito con asombro:
Asi como el torrente de luz agota la lluvia de fuego de millones de
estrellas
Inundando el inútil vacío,
Me he elevado, como un destello súbito en el fuego consagratorio
de la Creación (1),
Desde el insondable corazón de la noche.
He llegado a esa tierra
Donde el fango, a través de las edades
En la matríz del océano, consiguió florecer
En vida, mostrando una multitud de formas.
A lo largo de siglos, esa sombra
De media luz inmersa en ilusión
Pendió sobre el mundo de las bestias:
¡Creación todavía incompleta!
Tras cuya ardiente espera,
Al cabo de innumerables días.
Subió el hombre al escenario de la vida.
Una a una, nuevas lámparas se encienden
Y hallan expresión significados nuevos.
Bajo una luz maravillosa
Contempla el hombre la forma singular de su futuro;
Sobre el escenario de la tierra,
En sucesivos actos, la conciencia
Florece en su gradual despliegue.

También yo me he vestido
Para hacer mi papel en esa obra,
Obedeciendo al llamado del Destino
De empeñarme en apartar, rasgándolo. este velo.
¡Tal es el mayor de mis portentos!
Encaminar esa meta honda y secreta
Que hace rodar al sol en torno al mundo
- Perecedera morada de las almas -
Por el cielo, la luz, el aire,
La superficie de la tierra, las montañas y el mar.
Enhebrado en ese hilo misterioso
Hace ochenta años vine al mundo
Y en unos pocos más, ya me habré ido.


Rabindranath Tagore


(1) La preocupación básica del culto ario primitivo, tal como los muestran los versículos del Rig-Veda, era el sacrificio, destinado a la propiciación de los dioses. Progresivamente elaborado  con el transcurso  de los siglos, llegó posteriormente a la identificación mística del dios,  la víctima y el sacrificio, sosteniéndose que el universo  mismo surgió de un sacrificio primordial. (Basham,- The Winder That Was India-)