Cuando invoco una revolución espiritual no pretendo hacer un llamamiento a una revolución religiosa. Tampoco quiero hacer referencia a una manera de vivir que de algún modo sea propia del más allá, y menos aún a algo mágico o misterioso.
Más bien se trata de un llamamiento a una radical reorientación que nos aleje de nuestras habituales preocupaciones por el propio yo.
Dalai Lama