El Bramán no puede ser atrapado. El Bramán no puede ser puesto a un lado -Él está siempre presente en su sitio (DASBODH, Capítulo 9, Sección 9, Verso 1).
La verdad no puede ser evitada. No puede ser distorsionada ni cambiada de ninguna manera. Tal es el Parabrahman (el Sí mismo Supremo). Opuesto a esto, Maya (la Ilusión) es eso que puede ser manipulado o cambiado. Ambas entidades (el Brahmán y Maya) están presentes. De aquí que tenéis que buscarlos por vosotros mismos. Tratad de comprender que todos los objetos externos pueden ser movidos o apartados. La tierra misma gira sobre sí misma y da vueltas a la vez. El aire, el fuego y el agua son móviles también. Sin embargo, el cielo no puede ser movido aunque uno quisiera hacerlo. Pero si se cierran los ojos, incluso el cielo desaparece. El cielo es la madre de todos los objetos. Todos estos objetos (es decir, el mundo manifestado) no son verdaderos. No hay ningún objeto en este mundo que no desaparezca si uno ignora su "existencia". Ahora mirad adentro. El cuerpo grosero desaparece. La mente es sólo pensamientos y habla.
Si uno está sereno (si la mente está en reposo), entonces desaparecen todos los sueños, las dudas, el intelecto, los pensamientos, etc. ¿Qué queda entonces? -nada. Esta nada también puede ser abandonada. Pero, sin embargo, queda el que abandona. "Yo" soy el que trasciende todo. Así pues, queda "yo" como un presenciador. Finalmente, abandonad también a este "yo". Ahora queda sólo la Verdad que es más allá del conocimiento o la ignorancia. El que ha olvidado todo, todavía queda. "El que entra, saldrá -no importa que sea un rey, un pobre o un mendigo". El que renuncia a todo ya no está en la exclavitud del cambio. Éste ha de ser comprendido como Brahmán (el Sí mismo). Todo está en el Brahmán y el Brahmán está en todo.
Si hay pan en la boca, entonces ese pan ocupará un cierto espacio en la boca. Sin embargo, si se ven doscientos camellos en un espejo, el peso del espejo no cambiará pues los camellos vistos en el espejo son sólo un reflejo.
Similarmente, aunque el mundo fenoménico está en el Brahmán, eso no afecta ni distorsiona al Brahmán de ninguna manera. Por lo tanto, una vez que moráis en vuestro propio Sí mismo, todos estos objetos externos desaparecen. Todo esto es Maya, sólo un engaño. El Sí mismo permanece intocado por Maya. El nacimiento de uno adquiere su verdadero significado sólo cuando se realiza el Sí mismo. Del Sí mismo han surgido el intelecto, el conocimiento, la ignorancia, etc.
Por consiguiente, "vosotros" sois el precursor de todo. El Señor Brahma, Vishnu y Mahesh deben su existencia a "vosotros". Durante el sueño profundo, todos éstos desaparecen; pero "vosotros" sois permanentes.
Nota: Texto extraído de las enseñanzas sobre el "ESTADO SIN ESTADO" (AMRUT LAYA) de
Sri Siddharameshwar Maharaj
Traducido por Pedro Rodea
Ignitus Ediciones S.L.
Editorial Sanz y Torres
La verdad no puede ser evitada. No puede ser distorsionada ni cambiada de ninguna manera. Tal es el Parabrahman (el Sí mismo Supremo). Opuesto a esto, Maya (la Ilusión) es eso que puede ser manipulado o cambiado. Ambas entidades (el Brahmán y Maya) están presentes. De aquí que tenéis que buscarlos por vosotros mismos. Tratad de comprender que todos los objetos externos pueden ser movidos o apartados. La tierra misma gira sobre sí misma y da vueltas a la vez. El aire, el fuego y el agua son móviles también. Sin embargo, el cielo no puede ser movido aunque uno quisiera hacerlo. Pero si se cierran los ojos, incluso el cielo desaparece. El cielo es la madre de todos los objetos. Todos estos objetos (es decir, el mundo manifestado) no son verdaderos. No hay ningún objeto en este mundo que no desaparezca si uno ignora su "existencia". Ahora mirad adentro. El cuerpo grosero desaparece. La mente es sólo pensamientos y habla.
Si uno está sereno (si la mente está en reposo), entonces desaparecen todos los sueños, las dudas, el intelecto, los pensamientos, etc. ¿Qué queda entonces? -nada. Esta nada también puede ser abandonada. Pero, sin embargo, queda el que abandona. "Yo" soy el que trasciende todo. Así pues, queda "yo" como un presenciador. Finalmente, abandonad también a este "yo". Ahora queda sólo la Verdad que es más allá del conocimiento o la ignorancia. El que ha olvidado todo, todavía queda. "El que entra, saldrá -no importa que sea un rey, un pobre o un mendigo". El que renuncia a todo ya no está en la exclavitud del cambio. Éste ha de ser comprendido como Brahmán (el Sí mismo). Todo está en el Brahmán y el Brahmán está en todo.
Si hay pan en la boca, entonces ese pan ocupará un cierto espacio en la boca. Sin embargo, si se ven doscientos camellos en un espejo, el peso del espejo no cambiará pues los camellos vistos en el espejo son sólo un reflejo.
Similarmente, aunque el mundo fenoménico está en el Brahmán, eso no afecta ni distorsiona al Brahmán de ninguna manera. Por lo tanto, una vez que moráis en vuestro propio Sí mismo, todos estos objetos externos desaparecen. Todo esto es Maya, sólo un engaño. El Sí mismo permanece intocado por Maya. El nacimiento de uno adquiere su verdadero significado sólo cuando se realiza el Sí mismo. Del Sí mismo han surgido el intelecto, el conocimiento, la ignorancia, etc.
Por consiguiente, "vosotros" sois el precursor de todo. El Señor Brahma, Vishnu y Mahesh deben su existencia a "vosotros". Durante el sueño profundo, todos éstos desaparecen; pero "vosotros" sois permanentes.
Nota: Texto extraído de las enseñanzas sobre el "ESTADO SIN ESTADO" (AMRUT LAYA) de
Sri Siddharameshwar Maharaj
Traducido por Pedro Rodea
Ignitus Ediciones S.L.
Editorial Sanz y Torres