jueves, 18 de octubre de 2012

YO, MILAREPA

Ahora te gusta estar en castillos y ciudades populosas;
pero recuerda que ellos caerán en ruina
después que de que vayas de esta tierra.

Ahora te gusta ir tras el señuelo
del orgullo y la vanagloria;
¡Pero recuerda que a la hora de la muerte
no te ofrecerán ningún refugio ni albergue.!

¡Allegados y parientes son la gente
con quien te gusta vivir!;
¡Pero recuerda que a todos dejarás atrás
cuando llegues a tu fin en este mundo!

Sirvientes, riqueza e hijos
son cosas que te gusta tener;
¡Pero recuerda que a la hora de la muerte
nada podrás llevarte en tus manos vacías!

Vigor y salud te son queridos ahora;
¡Pero recuerda que a la hora de la muerte
tu cadáver será envuelto* y llevado lejos!

Ahora tus órganos están sanos,
tu sangre y tu carne son fuertes y vigorosos:
¡Pero recuerda que a la hora de la muerte
ya no estarán más a tu disposición!

Ahora te gusta comer alimentos
y dulces deliciosos;
¡Pero recuerda que a la hora de la muerte
tu boca dejará correr saliva!
¡Cuando pienso en todo esto no puedo menos
que procurar las enseñanzas del buda!
Las diversiones y placeres de este mundo
no me atraen.

Yo, Milarepa, canto estos ocho recordatorios
en la casa de huéspedes de Garakhache de Tsang:
con palabras claras doy estas advertencias útiles,
¡Los insto a acatarlas y practicarlas!

*En el Tibet es costumbre cargar el cadáver sobre un caballo como un fardo; de esta manera los parientes lo llevan al cementerio.