Pero entonces llega ese raro momento
para el que ninguna causa encuentro
cuando las voces del aire, muy pequeñas,
suenan por encima del mar y del viento.
Entonces obedecen el viento y el mar.
y suspiran suspiran notas muy bajas
de contrabajo, contentos con tocar
un acorde de fondo para mínimas gargantas.
Las mínimas gargantas que cantan y que trepan
a la luz con soltura adorable
y una suerte de mágica y dulce sorpresa
es oírlas y reconocer que son éstas...
Son estas voces mínimas: la mosca, la abeja
la hoja que se abre - la vaina que estalla -
la brisa que mece las cimas del follaje -
el rápido chirrido que el insecto hace -
KATHERINE MANSFIELD
Traducción de Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich
Editado por Editorial bajo la luna
para el que ninguna causa encuentro
cuando las voces del aire, muy pequeñas,
suenan por encima del mar y del viento.
Entonces obedecen el viento y el mar.
y suspiran suspiran notas muy bajas
de contrabajo, contentos con tocar
un acorde de fondo para mínimas gargantas.
Las mínimas gargantas que cantan y que trepan
a la luz con soltura adorable
y una suerte de mágica y dulce sorpresa
es oírlas y reconocer que son éstas...
Son estas voces mínimas: la mosca, la abeja
la hoja que se abre - la vaina que estalla -
la brisa que mece las cimas del follaje -
el rápido chirrido que el insecto hace -
KATHERINE MANSFIELD
Traducción de Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich
Editado por Editorial bajo la luna