En
la vía, la eterna revolución del Yin y el Yang es constantemente conducida a la
conciencia y acogida por la voluntad. El hombre aprende a abandonar toda forma
realizada para admitir una nueva forma. El camino parece duro hasta que la
oposición del Yin y el Yang se convierte en un ritmo de polaridades en las que
el Tao se vive libremente.
El Ser que se manifiesta en la conciencia íntima toma cada vez un rostro distinto-según el opuesto del que haya salido el individuo.
La dualidad Yin Yan es una realidad universal. Tenemos también la dualidad entre lo existencial y lo esencial. Cada ser viviente está clavado en una cruz en la que se cruzan la horizontal y la vertical. La horizontal representa la realidad en el tiempo y el espacio; la vertical, lo Esencial.
Karlfried Graf Dürckheim