Para practicar la meditación consciente cuando necesitéis relajación y concentración en vosotros mismos, no es necesario que corráis a vuestra casa o a un centro de meditación. Podéis respirar en cualquier parte, sentados en la butaca de la oficina o en el coche. Incluso comprando en un atestado centro comercial o en la cola del Banco; si sentís que os vence el agotamiento y necesitáis ir hacia vuetro interior, podéis practicar ahí mismo y de pie la respiración consciente y la sonrisa.
Podéis respirar serenamente en cualquier parte. Si volvéis sobre vosotros mismos seréis capaces de afrontar las dificultades de la vida. Se puede hacer en cualquier postura: de pie, sentado, estirado o caminando, aunque sentados mantendremos la postura más estable.
Un día, esperando un avión que llevaba dos horas de retraso en el aeropuerto Kennedy de Nueva York, me senté cómodamente en la sala de espera con las piernas cruzadas. El aeropuerto estaba llenísimo, todos los sitios ocupados, así que me dispuse a esperar, enrollé mi jersey a guisa de cojín y me senté. Al principio la gente me miraba con curiosidad pero no tardaron en ignorarme y pude sentarme en paz.. Quizás no necesitéis meditar de un modo tan llamativo, respirar profundamente en cualquier postura contribuye a que os recuperéis a vosotros mismos.
Cuando practicamos la respiración consciente nuestra actividad intelectual disminuye y nos procuramos un auténtico descanso. La mayor parte del tiempo pensamos demasiado y concentrarnos en nuestra respiración nos tranquiliza, relaja y pacifica. Nos ayuda a mitigar el pensamiento y a librarnos de culpabilidades pasadas y preocupaciones futuras. Nos habilita para estar en contacto con la vida, que es hermosa en el presente.
Por supuesto, pensar es importante, pero gran parte de nuestro pensamiento es inútil. Es como si noche y día tuviéramos un casette funcionando constantemente en la cabeza. Pensamos en esto y aquello y es difícil parar. Nos basta con apretar un botón para que el casette se pare pero nuestra mente no tiene botones.
Algunas veces pensamos y nos preocupamos tanto que no podemos dormir. Acudir al médico para que nos administre pastillas para dormir o tranquilizantes puede empeorar las cosas porque ese tipo de sueño no nos relaja de verdad, y además, si seguimos recurriendo a esas drogas podemos convertirnos en adictos, continuaremos estando tensos y puede que hasta incluso tengamos pesadillas.
Practicando el método de la respiración consciente cuando inspiramos y espiramos dejamos de pensar; porque decir "Dentro" y "Fuera" no es pensar. "Dentro" y "Fuera" son solo palabras que nos ayudan a concentrarnos en nuestra respiración. Inspirar y espirar es un estimulante rápido. nos recuperamos a nosotros mismos y podemos sentir las cosas bellas que nos redean en ese preciso instante. Ni el pasado ni el futuro están ya ahí. Si no volvemos sobre nosotros mismos en el momento presente no podemos estar en contacto con la vida.
Solo manteniendo el contacto con los elementos estimulantes, curativos y relajantes que están, bien en nuestro interior, bien en nuestro entorno, podemos aprender a mimarlos, protegerlos y multiplicarlos. Esos elementos de pacificación están a nuestro alcance en todo momento.
Thich Nhat Hanh
Un día, esperando un avión que llevaba dos horas de retraso en el aeropuerto Kennedy de Nueva York, me senté cómodamente en la sala de espera con las piernas cruzadas. El aeropuerto estaba llenísimo, todos los sitios ocupados, así que me dispuse a esperar, enrollé mi jersey a guisa de cojín y me senté. Al principio la gente me miraba con curiosidad pero no tardaron en ignorarme y pude sentarme en paz.. Quizás no necesitéis meditar de un modo tan llamativo, respirar profundamente en cualquier postura contribuye a que os recuperéis a vosotros mismos.
Cuando practicamos la respiración consciente nuestra actividad intelectual disminuye y nos procuramos un auténtico descanso. La mayor parte del tiempo pensamos demasiado y concentrarnos en nuestra respiración nos tranquiliza, relaja y pacifica. Nos ayuda a mitigar el pensamiento y a librarnos de culpabilidades pasadas y preocupaciones futuras. Nos habilita para estar en contacto con la vida, que es hermosa en el presente.
Por supuesto, pensar es importante, pero gran parte de nuestro pensamiento es inútil. Es como si noche y día tuviéramos un casette funcionando constantemente en la cabeza. Pensamos en esto y aquello y es difícil parar. Nos basta con apretar un botón para que el casette se pare pero nuestra mente no tiene botones.
Algunas veces pensamos y nos preocupamos tanto que no podemos dormir. Acudir al médico para que nos administre pastillas para dormir o tranquilizantes puede empeorar las cosas porque ese tipo de sueño no nos relaja de verdad, y además, si seguimos recurriendo a esas drogas podemos convertirnos en adictos, continuaremos estando tensos y puede que hasta incluso tengamos pesadillas.
Practicando el método de la respiración consciente cuando inspiramos y espiramos dejamos de pensar; porque decir "Dentro" y "Fuera" no es pensar. "Dentro" y "Fuera" son solo palabras que nos ayudan a concentrarnos en nuestra respiración. Inspirar y espirar es un estimulante rápido. nos recuperamos a nosotros mismos y podemos sentir las cosas bellas que nos redean en ese preciso instante. Ni el pasado ni el futuro están ya ahí. Si no volvemos sobre nosotros mismos en el momento presente no podemos estar en contacto con la vida.
Solo manteniendo el contacto con los elementos estimulantes, curativos y relajantes que están, bien en nuestro interior, bien en nuestro entorno, podemos aprender a mimarlos, protegerlos y multiplicarlos. Esos elementos de pacificación están a nuestro alcance en todo momento.
Thich Nhat Hanh