miércoles, 5 de septiembre de 2012

Una vuelta a lo concreto

En el primer capítulo titulado "Discernimiento", de un pequeño libro de Krishnamurti llamado "A los pies del maestro", se puede leer esta sentencia:
1. "El primero de estos requisitos es el discernimiento; por lo cual entendemos, generalmente, la facultad de distinguir entre lo real y lo irreal, que conduce a los hombre a entrar en el Sendero." y luego continúa diciendo:
2. "Es esto y mucho más aún; y debe practicarse no sólo al comienzo del Sendero sino a cada paso que en él se diere; cada día, hasta el fin."

Este texto siempre me ha llamado a reflexionar. No tenemos nada garantizado, esto es un hecho, porque en realidad vivimos casi siempre en el olvido de nosotros mismos. Escuchar es muy difícil, porque casi siempre lo hacemos contaminados por los elementos que se traducen en nuestros conocimientos adquiridos, como nuestra primera educacion, la influencia de nuestros padres, el conocimiento adquirido en las escuelas, universidades, etc... hay mucho ruido en el medio.
Para poder escuchar, para saber lo que realmente está pasando, para ver..., lo primero, es limpiar con mucho cuidado nuestra lente, sacarle toda esa suciedad que nos impide ver con claridad. A veces me viene a la mente una frase muy conocida de Cioran, que sentencia, que uno de los mayores obstáculos para descubrirnos tal cual somos, es:   Ese maldito yo. Lo califica de maldito!!! y ...no hay que ser muy listo, para darnos cuenta que este yo tan sobrevalorado, empaña la mayor parte de nuestra vida. Somos el Gran Obstáculo! casi continuamente nos está limitando, se está entrometiendo en nuestro pensar, en nuestro sentir y en nuestra propia acción. Nuestra propia inercia, nuestra pereza, el contento con "nuestra forma de vivir", nuestra creencia en un yo permanente, y vaya uno a saber cuántas cosas más, contribuyen con gran intensidad a vivir una vida de prestado. En realidad se podría decir tranquilamente que vivimos la vida de otros.
Y yo? ...qué soy yo? quién soy yo?  Vivir es una experiencia única, literalmente extraordinaria, y nos podemos dar cuenta de esto a cada instante. Todo se encuentra delante de nuestros propios ojos. Depende exclusivamente de nosotros seguir viviendo la mayor parte de nuestra vida en un pequeño mundo, "que con tanto esmero hemos construído" o participar en libertad, abriéndonos a un mundo desconocido mucho más vasto, más extenso.
Siempre, en toda decisión algo se tiene que sacrificar, es necesario, pero éste es un pequeño precio en comparación con el premio de vivir una vida mucho más plena.
El sentido de la acción, se encuentra admirablemente definido en un antiguo texto hindú, el Yoga Vasishta Sara.

He aquí unos versos que quiero compartir, que a mi ver tienen un valor extraordinario. Nos invita con mucha insistencia a vivir lo concreto, a vivir lo que en realidad somos, a conectarnos con el Ser. A vivir una vida digna, y llena de plenitud.
y dice así:


-Estable en el estado de plenitud que brilla en el momento en que has renunciado por completo a tus deseos y apacible en el estado de aquel que, viviendo, es libre, actúa tu con pleno gozo dentro del mundo, ¡Oh, Raghava!
-Interiormente libre de cualquier deseo, sin pasión ni apego, sino exteriormente activo en todas las direcciones, actúa tu con pleno gozo del mundo, ¡Oh Raghava!
-de noble proceder y de benevolente ternura, conformándote en el exterior a los convencionalismos, pero interiormente libre de ellos, actúa tu con pleno gozo del mundo, ¡Oh Raghava!
-Al percibir la evanescencia de todas las etapas y experiencias de la vida, permanece resueltamente en el estado trascendente sublime y actúa con pleno gozo dentro del mundo, ¡Oh Raghava!
-Sin ningún apego en el fondo de tí mismo, a pesar de que en apariencia actúes como si estuvieras apegado a algo, sin quemarte en tu interior, pero ardiente en el exterior, actúa con pleno gozo dentro del mundo, ¡Oh Raghava!

Fragmentos del Yoga Vasishta.




Miguel Fochesatto