jueves, 31 de enero de 2013

Gurdjieff:

Las masas no se preocupan  del conocimiento, no lo quieren, y sus jefes políticos, en su propio interés, no trabajan sino para reforzar la aversión y el temor que ellas tienen a todo lo que es nuevo y desconocido.
El estado  de esclavitud de la humanidad está basado en este temor. Es hasta difícil imaginar todo el horror de esto. Pero la gente no comprende el valor de lo que pierde de esta manera. Y para captar la causa de tal estado, basta con observar cómo vive la gente, lo que constituye sus razones para vivir, el objetivo de sus pasiones o de sus aspiraciones, en qué piensan, de qué hablan, a qué sirven y qué adoran.
Vean a dónde va el dinero de la sociedad culta  de nuestra época; dejando de lado la guerra, consideren aquello por lo que se paga los más altos precios, a dónde van las muchedumbres más densas. Si se reflexiona un instante acerca de este despilfarro, entonces se hace claro que la humanidad, tal cual es ahora, con los intereses de los cuales vive, no puede esperar otra cosa que lo que tiene.

Gurdjieff

martes, 29 de enero de 2013

El hacha perdida

Un hombre perdió su hacha.
Sospechaba del hijo de su vecino.
Al observar su forma de caminar, le parecía
que era la propia de un ladrón de hachas;
su fisonomía, la de un ladrón de hachas;
todos sus movimientos y gestos eran, sin excepción,
los propios de un ladrón de hachas.

Al poco tiempo, el hombre fue a cavar
al valle y se encontró su hacha.
Al día siguiente cuando volvió a ver
al hijo de su vecino, ni uno solo de sus movimientos
o gestos le parecieron los de un ladrón de hachas.

Nota: Cuento del Shuoo Fu de Lie Tzu.

Ten presente...

"Ten presente que tú has venido a este mundo sabiendo ya la necesidad de luchar contigo mismo y únicamente contigo mismo. Da las gracias a todo aquel que te lo recuerde."







G. I. Gurdjieff


lunes, 28 de enero de 2013

La Guerra Santa -segunda face-




Puede estallar, ¡irreparablemente! Cada tanto, se enciende, pero nunca por mucho tiempo. Ante los primeros signos de victoria me admiro en el triunfo, me hago el generoso y pacto con el enemigo. Hay traidores en la casa, pero tienen cara de amigos, ¡sería tan desagradable desenmascararlos! Ocupan su lugar al lado del fuego, tienen sus sillones y sus pantuflas; vienen cuando estoy somnoliento, me dicen algo lindo, me cuentan una historia palpitante o divertida, me traen flores o golosinas, o algún hermoso sombrero de plumas. Hablan en primera persona, creo escuchar mi voz, creo emitir mi voz: "Yo soy... Yo sé... Yo quiero..."
Mentiras. Mentiras incorporadas a mi carne, abscesos que me gritan: "No nos revientes, ¡tenemos la misma sangre!", pústulas que lloriquean: "Somos tu único bien, tu único ornamento, sigue nutriéndonos, no te cuesta tanto!"
Y son muchos, son encantadores y lamentables, son arrogantes y me hacen chantaje, se coaligan... Esos bárbaros no respetan nada (nada verdadero, quiere decir, porque frente a todo lo demás están arrugados de tanto respeto). Gracias a ellos tengo forma, ocupan mi lugar y tienen la llave del cajón de máscaras. Me dicen: "Nosotros te vestimos; ¿cómo harías, sin nosotros para aparecer en el mundo?" ¡Oh, es mejor andar desnudo como una larva!
Para combatir a esos ejércitos, sólo tengo una pequeña espada apenas perceptible que corta como una afeitadora -es verdad- y que es muy asesina. Pero es tan chica que la pierdo a cada rato, nunca sé dónde la guardo. Y cuando por fin la encuentro, me parece muy pesada y muy difícil de manejar.
Yo sé decir apenas algunas palabras, que todavía son más bien gemidos, en cambio ellos también saben escribir. En mi boca siempre hay uno que acecha mis palabras cuando quiero hablar. Las escucha, se las guarda, y habla en mi lugar, con las mismas palabras, pero con su inmundo acento.
Y gracias a él se me considera y se me juzga inteligente. (Pero quienes me roban todo, y después se divierten compadeciéndome: "Nosotros te protegemos, te expresamos, te hacemos valer. ¡Quieres asesinarnos! Te destrozas a ti mismo cuando nos tratas mal, cuando golpeas con maldad nuestra sensible nariz, la nuestra, la de tus buenos amigos."
Y viene a debilitarme la sucia piedad, con sus tibiezas. Contra ustedes, fantasmas, toda la luz. Bastará que encienda la lámpara para que callen, que abra un ojo para que desaparezcan. Porque están esculpidos de vacío, envejecidos por la nada. Contra ustedes, la guerra hasta el final. Ninguna piedad, ninguna tolerancia. Un sólo derecho: el derecho de ya no ser.
Pero ahora el canto es otro. Se sienten protegidos. Se hacen los conciliadores. "Sí, tu eres el amo. ¿Pero qué es un amo sin servidores? Déjanos en nuestros modestos lugares que prometemos ayudarte. Imagina, por ejemplo, que quieras escribir un poema. ¿Qué harías sin nosotros?".
Sí, rebeldes, un día volveré a ponerlos en sus lugares. Los doblegaré bajo mi yugo. Los alimentaré con heno y les pegaré todas las mañanas. Pero mientras succionen mi sangre, y roben mi palabra, ¡Oh! más vale no escribir más poemas.
Esa es la maravillosa paz que me proponen. Que cierre los ojos para no ver el crimen. Que me mueva de la mañana a la noche para no ver a la muerte, siempre boquiabierta. Que me crea victorioso antes de haber luchado. ¡Paz mentirosa! Acomodarse a las propias cobardías, porque todo el mundo se acomoda. ¡Paz de vencidos! Un poco de mugre, un poco de embriaguez, un poco de blasfemia, bajo palabras espirituales. Una mascarada de virtud, un poco de pereza y ensoñación, e incluso tal vez mucha, si se es artista, un poco de todo eso, y alrededor muchas palabras hermosas. Esa es la paz que nos proponen. ¡Paz de vendidos! Y para salvaguardar esa paz vergonzosa, uno es capaz de hacer todo, también la guerra. Porque existe una vieja y segura receta para conservar la paz: acusar siempre a los otros. ¡Paz de traición!
Ahora saben que quiero hablar de la guerra santa.

René Daumal 

La senda del guerrero (Fragmentos)

Convertirse en guerrero y enfrentarse a sí mismo es una cuestión de honradez, no una condena.

Mirándote a ti mismo puedes descubrir que has sido bueno o malo, y te puedes sentir muy mal contigo. Tu existencia puede parecerte miserable, tan negra como boca de lobo, como el Agujero Negro de Calcuta. O puedes ver algo bueno en ti. La cuestión es, sencillamente, afrontar los hechos. La honradez desempeña un papel muy importante. Limítate a contemplar la verdad simple, directa, sobre ti mismo. Cuando empiezas a ser honrado contigo mismo, desarrollas un nivel de verdad auténtico y visceral. Lo que no significa necesariamente limitarte.
Simplemente descubre lo que hay, míralo y, entonces, ¡Alto!
Primero, mírate, pero no te condenes. Es importante ser pragmático, estar en lo que se está. No tienes más que mirar, y cuando veas la situación de la manera más completa, empezarás a ser un guerrero.

Otros fragmentos de la enseñanza de Chögyam Trungpa:

Nuestro tema es la condición del guerrero. Cualquiera que esté interesado en escuchar la verdad -lo que en el budismo llamamos dharma-, quien esté interesado en practicar la meditación, es básicamente un guerrero. Muchos planteamientos acerca de la espiritualidad y de la vida están influidos por la cobardía. Si tienes miedo de verte a ti mismo, puede utilizar la espiritualidad o la religión como una manera de mirarte sin ver nada en absoluto. Cuando uno se siente avergonzado, no hay en ello valentía alguna. sin embargo, si alguien está dispuesto a mirarse, a explorar y practicar el despertar de forma inmediata y real, esa persona es un guerrero.

"Guerrero" es aquí la traducción de la palabra tibetana pawo. Pa significa "valiente", y Wo lo convierte en "una persona valiente".
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El objetivo general del guerrero es llegar a no tener miedo. Pero el terreno del guerrero es el miedo mismo. Para ser audaz, primero tenemos que descubrir lo que es el miedo.
¿De dónde procede el miedo? El miedo procede de un desconcierto básico. ¿De dónde procede el desconcierto básico? De la incapacidad para armonizar o sincronizar la mente con el cuerpo. No tienes la sensación de estar en tu lugar ni en tu postura. Esto se aplica también al resto de la vida. Cuando no te sientes adecuadamente fundamentado o asentado en tu mundo, no puedes relacionarte con tu experiencia ni con el resto del mundo.
Así que el problema comienza de una manera muy simple. Cuando el cuerpo y la mente están desincronizados te sientes como una caricatura de ti mismo, casi como un imbécil primordial o un payaso. En esa situación es muy difícil relacionarse con el resto del mundo.
Ésa es una expresión simplificada de lo que se conoce como la mentalidad del Sol poniente:
haber perdido por completo la pista de la armonía básica del ser humano. La idea del Sol poniente refleja el hecho de que la luz está desapareciendo de tu mundo y no puedes elevarte por encima de la oscuridad. Sientes que sólo hay desdicha, nubes, la mazmorra, la vida en la cuneta. Para compensarlo, puedes ir a una oscura mazmorra sin apenas iluminación, y emborracharte. Es decir, ir a lo que se llama un club. Bailas como un mono borracho que olvidó hace mucho tiempo los plátanos y su hogar en la jungla. Así que el mono se da un banquete de cerveza barata mientras menea la cola. No hay nada malo per se en el hecho de bailar, pero en este caso es una forma de escapar o de evitar el miedo. Es muy triste.
Ése es el Sol poniente. Un callejón sin salida, un verdadero callejón sin salida.
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A diferencia de eso, El Gran Sol Oriental es el Sol que sale plenamente en tu vida. Es el Sol del despertar, el  Sol de la dignidad humana. Es Grande porque representa la elevación y las cualidades de apertura y amabilidad. Tienes un sentido elevado de tu posición o tu lugar en el mundo, lo que llamamos tener una buena cabeza y unas buenas espaldas. Está en oriente porque tienes la sonrisa en el rostro. Oriente es el concepto del amanecer. Cuando miras hacia afuera por la mañana, lo primero que ves es la luz procedente de oriente, incluso antes de que salga el Sol. Por eso Oriente es la sonrisa que tienes al despertar. El Sol está a punto de salir. El aire fresco viene con el alba. Por eso está en Oriente y es Grande.

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Tenemos mucho que afrontar. Tenemos mucho que abandonar. Tal vez no quieras hacerlo, pero, sin embargo, deberás hacerlo si quieres ser amable contigo mismo. Todo se reduce eso. Pero si quieres hacerte daño consintiendo la neurosis del Sol poniente, es un asunto tuyo y de nadie más. Nadie puede salvarte de ti mismo. Aunque, más tarde, sin duda lo lamentarás muy profundamente. Y, para entonces, puede que hayas acumulado tanta basura que sea casi imposible arreglar la situación. Sería lamentable ir a parar a una situación como ésa.

Chögyam Tumgpa



miércoles, 23 de enero de 2013

Cuatro nobles verdades



"Yo no enseño más que una cosa, oh! discípulos, el sufrimiento y la liberación del sufrimiento".

Quintaesencia de la doctrina budista, el sermón de Benarés, pronunciado por Buda ante sus primeros discípulos, expone la Verdad del dolor, la Verdad del origen del dolor, la Verdad de la cesación del dolor y la Verdad de la senda que conduce a la cesación del dolor. Nadie escapa al sufrimiento. La enfermedad, la vejez, la muerte son el lote común de la humanidad entera. Ni siquiera la alegría más profunda perdura. El aspecto transitorio de la vida y la imperfección de las cosas contribuyen al tormento. Esta verdad, constatada fuera de la influencia de las emociones, debe animar a cada ser a cultivar su "naturaleza de Buda".
El deseo, la ignorancia y la ilusión, especialmente la que nos lleva a creer en la permanencia del ser; forman las raíces de los males que nos aquejan. La cesación del dolor pasa por su extinción. Suprimir el deseo no consiste en reprimirlo o rechazarlo. Esto equivaldría a un nuevo dolor. El objetivo es desembarazarse de las percepciones erróneas, eliminar las influencias mentales que constituyen las fuentes de toda obstrucción. Aquel que actúa contra la codicia, el odio y el error se libera del deseo, escapa de las garras del miedo.
La cuarta noble verdad propone una regla de vida con el fin de combatir la ilusión. Este camino para alcanzar la libertad perfecta erradica las pasiones. A través del examen profundizado de las realidades, la liberación, transformación indisociable de la práctica budista, exige un justo equilibrio del espíritu y la observancia de una ética. Todo un arte de vivir.

Jean-Luc Toula-Breysse


Árbol

"Cortad directamente de raíz! ¿De qué sirve cuestionar las hojas y las ramas?".

Durante la luna llena de mayo, en los jardines de lumbini, bajo un árbol en flor, la reina Maya dio a luz a Siddharta Gautama, aquel que llegaría a ser Buda. Así comienza la leyenda y la historia. Ya adulto, tras haber pasado largos años en el corazón del bosque con su ascetismo como única posesión, el príncipe Gautama se sienta durante seis días bajo una higuera salvaje llamada de las pagodas, un árbol bajo el cual los mercaderes conducían sus negocios. Ahí medita y decide no abandonar su lugar antes de haber logrado la plena consciencia. Es bajo este gran vegetal, símbolo de vida, como el sabio obtiene la luz y libera su espíritu. La naturaleza y sus leyes se hacen transparentes para él. La ficus religiosa deviene el árbol de la bodhi, el árbol del despertar. El del té, por su parte, es considerado el arbusto del dharma, el arbusto de la Ley.
Los textos sagrados de la antigua india, los Upanisads y el Bhagavad Gita, cuentan que el dios hindú Vishnu habría igualmente nacido bajo la sombra de una higuera, cuyos frutos fueron su primer alimento. Tres siglos antes de nuestra era, el emperador Asoka, glorioso difusor de la doctrina budista, hizo enviar una rama de la higuera sagrada a la isla de Sri Lanka. El árbol que surgiría de esa rama es todavía hoy venerado por los peregrinos en la ruta de Kandy, antigua capital de los reyes cingaleses e importante centro de estudios y prácticas. En el arte budista, el árbol tiene una presencia central. Indica la vía del conocimiento.
Jean-Luc Toula-Breysse

El año es como el año hace mil años, ...

                                            
                                            El año es como el año hace mil años,
                                            llevamos el cántaro y golpeamos el lomo de la vaca,
                                            segamos sin querer saber nada del invierno,           
                                            sin saber nada bebemos mosto,
                                            pronto habremos sido olvidados
                                            y los versos se desharán como nieve ante la casa.

                                           El año es como el año hace mil años,
                                           miramos al bosque como establo del mundo
                                           mentimos y tejemos cestos para peras y manzanas,
                                           dormimos mientras nuestras botas sucias
                                           se descomponen ante la puerta de la casa.
                                    
                                           El año es como el año hace mil años,
                                           no sabemos nada,
                                           no sabemos nada del ocaso,
                                           de las ciudades hundidas, de la corriente
                                           en la que se ahogaron hombres y caballos.

Thomas Bernhard
                                           

Franz Kafka y Praga

NO SE DEBERÍAN LEER MÁS QUE LOS LIBROS QUE NOS PICAN Y NOS MUERDEN. SI EL LIBRO QUE LEEMOS NO NOS DESPIERTA CON UN PUÑETAZO EN EL CRÁNEO, ¿PARA QUÉ LEERLO?

                                                             "Gente que pasa por los puentes oscuros,
                                                             Al lado de los santos
                                                             con lamparitas mortecinas.

                                                             Nubes que vuelan por el cielo gris,
                                                             Al lado de las iglesias
                                                             Con torres que oscurecen.

                                                             Uno que se reclina sobre la barandilla de piedra
                                                             Y mira al agua de la noche,
                                                             Las manos en las viejas piedras."

                                            de Franz Kafka a Oscar Pollak (1903)

domingo, 20 de enero de 2013

Gurdjieff - Hymns from a great temple - Hymn 1

Sólo Dios merece suprema seriedad...

Sólo Dios merece suprema seriedad. Pero el hombre se ha hecho juguete y eso es su mejor parte. Por tanto, todo hombre y toda mujer han de vivir conforme a ello, y jugar los más nobles juegos y pensar de otra manera que ahora... Pues consideran la guerra una cosa seria, aunque en la guerra no hay juego ni cultura que merezcan tal nombre, siendo las cosas que consideramos más serias.
Por eso todos deben vivir tan en paz como puedan.
Entonces, ¿Cuál es el modo apropiado de vivir? La vida ha de vivirse como un juego..., entonces el hombre será capaz de propiciar a los dioses y defenderse contra sus enemigos.

Platon, Leyes, VII, 803

La Guerra Santa de René Daumal -primera face-


Voy a escribir un poema sobre la guerra. Tal vez no sea un verdadero poema, pero será sobre una verdadera guerra.
No será un verdadero poema, porque si el verdadero poeta estuviese aquí, y el ruido se expandiese entre la multitud a la que pensaba hablar, se haría un gran silencio; primero se inflaría un silencio pesado, un gran silencio de mil truenos.
Visible, veríamos al poeta; vidente, él nos vería; y palidecerían nuestras pobres sombras, lo odiaríamos por ser tan real, nosotros los débiles, los enojados, nosotros los toda-cosa.
Estaría aquí, agotado por los mil truenos de la multitud de enemigos que contiene -porque los contiene y los satisface cuando quiere- incandescente de dolor y de sagrada cólera, pero tan tranquilo como un pirotécnico, 
y abriría en el gran silencio una pequeña canilla, la muy pequeña canillita del molino de palabras,
y de allí saldría un poema, un poema tal que nos haría poner verdes.
Lo que voy a hacer no será un verdadero poema poético de poeta, porque si la palabra "guerra" fuese pronunciada en un verdadero poema, la guerra, la verdadera guerra de la que hablaría el poeta,  la guerra sin piedad, la guerra sin compromiso, se encendería definitivamente en nuestros corazones.
Porque en un verdadero poema las palabras tienen sus cosas.
Tampoco será un discurso filosófico. Porque para ser filósofo, para amar a la verdad más que a uno mismo, hay que estar muerto para el error, hay que haber matado a las traidoras complacencias del sueño y de la ilusión cómoda. Y eso es el fin y la finalidad de la guerra, y la guerra apenas ha comenzado, y todavía hay que desenmascarar a los traidores.
Y tampoco será obra de ciencia. Porque para ser científica, para ver y amar a las cosas tal cual son, hay que ser uno mismo, y amar es verse tal cual uno es. Hay que haber roto los espejos mentirosos, hay que haber matado con una mirada despiadada a los fantasmas insinuantes. Y ese es el fin y la finalidad de la guerra, y la guerra apenas ha comenzado, y todavía hay que arrancar algunas máscaras.
Y no será un canto entusiasta. Porque el entusiasmo es estable cuando el dios se ha levantado, cuando los enemigos ya no son sino fuerzas sin formas, cuando el alboroto de la guerra tañe a todo trapo, y la guerra apenas ha comenzado, y nosotros todavía no arrojamos al fuego nuestro juego de cama.
Tampoco será una invocación mágica, porque el mago dice a su dios: "Haz lo que me gusta", y se niega a hacer la guerra a su peor enemigo, si el enemigo le gusta; y sin embargo no será un ruego de creyente, porque el creyente dice a su dios: "haz lo que quieras", y para eso tuvo que poner hierro y fuego en las entrañas de su más querido enemigo, y eso es el hecho de la guerra, y la guerra apenas ha comenzado.
Será un poco todo eso, un poco de esperanza y un poco de esfuerzo hacia todo eso, y también será un llamado a las armas. Un llamado que el juego de los ecos podrá devolverme, y que tal vez otros escuchen. 
Ahora pueden adivinar de qué guerra quiero hablar.
No hablaré de las otras guerras -de aquellas que sufrimos-. Si hablara de ellas, sería literatura común, un sustituto, un a-falta-de, una excusa, así como me ocurrió emplear la palabra "terrible" cuando aún no tenía la carne de gallina. Así como usé la palabra "reventar de hambre" cuando aún no había llegado a robar en los escaparates. Así como hablé de locura antes de haber intentado mirar el infinito por el ojo de la cerradura; así como hablé de muerte, antes de que mi lengua hubiese probado el gusto de la sal y de lo irreparable. Así como algunos que siempre se consideraron superiores al cerdo doméstico hablan de pureza. Así como quienes adoran y repintan sus cadenas hablan de libertad, y algunos que sólo aman a la sombra de sí mismos hablan de amor, o de sacrificio quienes no serían capaces de cortarse el dedo más chiquito. O de conocimiento quienes se disfrazan ante sus propios ojos. Así como nuestra gran enfermedad es hablar para no ver nada.
Sería un sustituto impotente, como los viejos y los enfermos, que hablan con gusto de los golpes que dan o reciben los jóvenes elegantes.
¿Tengo derecho, entonces, a hablar de la otra guerra -de aquella que no se sufre solamente- cuando tal vez no esté irremediablemente encendida en mí, cuando todavía estoy en las escaramuzas? Sí, tal vez no tenga derecho. Pero "tal vez no tanga derecho" también quiere decir "a veces el deber", y sobre todo, la "necesidad", porque nunca tendré demasiados aliados.
Intentaré, entonces, hablar de la guerra santa.

René Daumal

El canto de Mahamudra (su camino tántrico) - Tilopa




Mahamudra está más allá de todas las palabras
y los símbolos,
pero para ti, Naropa, leal y sincero,
debe esto decirse:
El vacío no necesita apoyo,
mahamudra descansa en la nada.
No haciendo esfuerzo,
sino sino permaneciendo simple y natural,
uno puede romper el yugo
y ganar por tanto, la Liberación.

Si uno ve la nada mientras contempla el espacio;
si con la mente uno entonces observa a la mente,
uno destruye las distinciones
y alcanza el estado de Buda.

Las nubes que vagan por el firmamento
no tienen raíces ni hogar;
tampoco los distintos pensamientos
flotando por la mente.
Una vez que la mente del Ser es contemplada,
las distinciones cesan.

En el espacio, se forman figuras y colores,
pero ni el negro ni el blanco tiñen el espacio.
Todas las cosas emergen de la mente del Ser,
la mente, por las virtudes y vicios, no se mancha.

La oscuridad de siglos
no puede ocultar el brillante sol;
tampoco los largos Kalpas del samsara
pueden ocultar la luz esplendorosa de la Mente.

Aunque palabras son pronunciadas
para explicar el Vacío,
el Vacío es tal, que no puede ser expresado.
Aunque decimos: La Mente es una luz brillante,
ésta trasciende las palabras y los símbolos,
aunque la Mente es en esencia el vacío,
ésta contiene y abraza todas las cosas.

No hagas nada con el cuerpo, relájate;
mantén la boca cerrada y en silencio permanece;
vacía tu mente y piensa en la nada.
Como un bambú hueco abandona tu cuerpo.
Sin dar, sin hablar, mantén tu mente en descanso.
Mahamudra es como mente que a nada se apega.
Practicando esto, a su tiempo alcanzarás
el Estado de Buda.

La práctica del mantra o paramita,
la instrucción en los sutras y preceptos
y la enseñanza de escuelas y escrituras,
no proporcionarán el conocimiento de la Verdad Innata.
Pues si la mente llena de deseo
busca una meta
ella oculta la Luz.

Aquel que guarda los preceptos tántricos,
sin embargo hace distinciones,
traiciona el espíritu del samaya.
Cesa toda actividad, abandona todo deseo,
deja que los pensamientos surjan y caigan
tal como las olas en el mar.
Aquel que nunca daña al deshabitado
ni al principio de la no-distinción,
mantiene los preceptos tántricos.

Aquel que abandona los anhelos
y no se apega a esto o lo otro,
percibe el significado real de las escrituras.

En Mahamudra todos los pecados se incineran;
en Mahamudra uno es liberado en la prisión del mundo.
Esta es la suprema antorcha del Dharma.
Los que no creen, son tontos,
que para siempre se empantanan en el sufrimiento.

Para luchar por la liberación
uno debe depender de un guru.
Cuando tu mente reciba sus bendiciones
la emancipación estará a tu alcance.

¡Oh! Todas las cosas de este mundo son insignificantes,
no son más que semillas de dolor.
Las enseñanzas pequeñas te conducen a la acción,
uno debe sólo seguir las grandes enseñanzas.

Trascender la dualidad es la visión regia.
Conquistar las distracciones, la práctica real.
El camino de la no-práctica es el sendero de los Budas.
Aquel que transita tal camino alcanza el estado del Buda.

Pasajero es este mundo,
tal como los fantasmas y los senos, sin sustancia alguna.
Renúncialo y abandona a tus parientes,
corta los cordones de la lujuria y el odio
y medita en las selvas y montañas.

Si permaneces sin esfuerzo
en estado simple y natural,
pronto a Mahamudra ganarás
y obtendrás lo no-obtenible.

Corta la raíz del árbol y las hojas se secarán;
corta la raíz de tu mente y el samsara se desvanecerá.
La luz de una lámpara dispersa en un momento
la oscuridad de largos Kalpas;
la intensa luz de la Mente en un solo parpadeo
quemará el velo de la ignorancia.


Quien se aferra a la mente
no ve la verdad de lo que está más allá de la mente.
Quien se esfuerza en practicar el Dharma
no encuentra la verdad que está más allá de la práctica.
Para conocer lo que está más allá  de ambas, mente y práctica
uno debe cortar la raíz de la mente
y quedarse desnudo en la contemplación.
Uno entonces se separa de toda distinción
y permanece tranquilo.

Escoger es encadenarse, no escoger es ser libre.
En cuanto uno escoge algo, cae en la trampa del mundo.
Si uno puede resistir la tentación de escoger,
si puede permanecer equilibradamente consciente,
la trampa desaparece por sí sola,
porque cuando uno no escoge
no colabora con el engaño;
la trampa es creada porque uno escoge.

"Uno no debe dar o tomar
sino permanecer natural, que Mahamudra
está más allá de toda aceptación o rechazo.
Puesto que alaya no ha nacido,
nadie puede obstruirlo o mancillarlo,
existente en el reino de lo no-nacido
toda apariencia se disolverá en el Dharmata,
y la voluntad y el orgullo se desvanecerán en la nada".

La comprensión suprema
trasciende todo.
La acción suprema
abraza grandes recursos sin apegos.
La realización suprema
es tomar consciencia de lo inmanente sin esperanza.

Al principio, el yogui siente que su mente
da tumbos como un torrente;
a mitad de su curso, como el Ganges,
fluye lento y plácido;
al final es como un grandioso y vasto océano
donde las luces del hijo y la madre se funden en una.






sábado, 19 de enero de 2013

Del libro Máscaras y paradojas

Sueño. No sé quién soy en este momento.
Duermo sintiéndome. En la hora calma
Mi pensamiento olvida el pensamiento,
                     No tiene alma mi alma.

Si existo, es un error saberlo. Si despierto
Parece un error mío. Siento que no sé.
Nada quiero ni tengo ni recuerdo.
                     No tengo ser ni ley.

Lapso de conciencia entre ilusiones,
Fantasmas me limitan y contienen.
Duerme ignorante de ajenos corazones
                    Tú, corazón de nadie.

                                       ..........................................

Nada soy, nada puedo, no persigo nada.
Traigo, por ilusión, mi ser conmigo.
No entiendo el hecho de entender, ni sé
Si he de ser, nada siendo, aquello que seré.

Al margen de esto, que nada es, bajo el azul
Del vago cielo un viento vano allá del sur
Me despierta y estremece en el verdor.
Tener razón, vencer, tener amor
Se marchitaron en el asta muerta de la ilusión.
Soñar es nada y no saber es vano.
Duerme en la sombra incierto corazón.

                                      ...........................................

Para ser grande, sé entero: nada
           De ti excluyas o exageres.
Sé todo en cada cosa. Pon todo lo que eres
           En tus mejores actos.
Así la luna entera en cada lago
Brilla, porque alta vive.


Fernando Pessoa

jueves, 17 de enero de 2013

Oh Raghava!



Firmemente, en estado de Plenitud, que se ilumina cuando se ha renunciado a todos los deseos, y pacíficamente en libertad dentro de la Vida, actúa tu con espíritu lúdico en el mundo, Oh Raghava!

Interiormente libre de todos los deseos, no apasionado y no apegado, pero exteriormente activo en todas las direcciones, actúa tu con espíritu lúdico en el mundo, Oh Raghava!

Exteriormente lleno de afán en actividad, pero libre de cualquier afán en el fondo, activo en apariencia, pero tranquilo interiormente, actúa tu con espíritu lúdico en el mundo, Oh Raghava!

Libre del Hacedor de Yo, del ahamkara; con la mente desapegada como en el sueño, pura como el Éter, jamás teñida, actúa tu con espíritu lúdico en el mundo, Oh Raghava!

Teniendo una conducta noble y con amable ternura, exteriormente conformándose a las convenciones, pero interiormente desapegado de todas ellas, actúa tu con espíritu lúdico en el mundo, Oh Raghava!

Enteramente desapegado en el fondo, pero en toda la apariencia actuando como si estuvieras apegado, interiormente calmo, pero exteriormente lleno de fervor, actúa tu con espíritu lúdico en el mundo, Oh Raghava!
Texto tomado del Yoga Vasishta Sara.

La consciencia y lo absoluto



La totalidad del universo se experimenta en la consciencia "yo soy". Si esa consciencia no está aquí, ¿qué otra cosa puede existir? 
Esta consciencia está tocando un tambor; todo el mundo está entusiasmado con el ruido del tambor. ¿Quién mira al tamborilero?, ¿Quién está tocando el tambor? 
Es muy sorprendente que nadie eche ni siquiera una ojeada a esta mota de consciencia.

Sri Nisargadatta Maharaj 

del poeta Kabir



“Entrégate del todo… Aunque tuvieras que

perder la cabeza, ¿por qué llorar por ella?”

o a un Rumi, que sabía muy bien

de esta experiencia cuando recomendaba:

Decapítate…¡Disuelve en la Visión todo tu cuerpo: conviértete en visión,

visión, visión!

Abandone su apego a lo irreal


Abandone su apego a lo irreal, y lo real aparecerá por sí mismo suave y llanamente. Deje de imaginarse siendo o haciendo esto o lo otro, y la comprensión de que usted es la fuente y el corazón de todo amanecerá en usted. Con ello llegará un gran amor, que no es elección o predilección, ni apego, sino un poder que hace todas las cosas dignas de amor y adorables. 

Sri Nisargadatta Maharaj

¿Cómo se ha realizado? ¿Que sucedió?


Visitante: Por favor, díganos cómo se ha realizado. ¿Qué sucedió? ¿En qué consistió el cambio?
Respuesta de Sri Nisargadatta Maharaj:

El placer y el sufrimiento perdieron su propio imperio. Estaba liberado del deseo y del miedo. Me sentía completo, no tenía necesidad de nada. Vi que en el océano de la Consciencia pura, en la superficie de la consciencia universal, se levantan las innumerables olas del mundo fenoménico y se cruzan sin principio ni fin. Como consciencia, todas ellas son yo: como acontecimiento todas son mías. Hay una fuerza misteriosa que las cuida. Esta fuerza es la Consciencia Pura. Yo, Vida, Dios, cualquiera que sea el nombre que le des. Es la base, el último soporte de todo lo que es, lo mismo que el oro es el componente básico de las joyas. ¡Es tan intimamente nuestra! Quítale el nombre y la forma a la joya y lo que te queda es el oro. Libérate de la forma y del nombre, del deseo y del miedo que producen. ¿Qué te queda?

Visitante: La nada.

M.: Sí, el vacío. Pero el vacío está lleno de rebosar. Es la potencialidad eterna, lo mismo que la consciencia es el eterno presente. 

Pasado, presente, futuro, ahí están todos y muchísimo más.



Desaparecer


Desaparecer

Cae la hoja.
Rueda en el silencio.
Su esplendor amarillo
tiñe la danza del atardecer.
Por fin se hace la brisa.
Vuela por donde ya no está.
No está.


Por ese sitio
donde soledad
y muerte son
una mirada sola.
Por ese principio
de semilla
que arranca el fruto
de su corazón,
el hijo de sí mismo
vuelve a casa.


Dionisio Mayor

No hay nada verdadero en ningún sitio


No hay nada verdadero en ningún sitio,
en ningún sitio se encuentra la Verdad.
Si tú dices que ves la Verdad,
este ver tuyo no es el verdadero.

Cuando la Mente en sí misma no es libertada de lo falso,
no hay nada verdadero; en ningún sitio se encuentra la
Verdad.


Hui Neng

Sobre las ideas preconcebidas


Si te acercas a algo con prejuicios o ideas preconcebidas, tu comprensión será confusa y la enseñanza que recibas estará coloreada de acuerdo a tu propia concepción.

Es sólo por medio de la sustitución que podremos mejorarnos, no por represión. Si tenemos un defecto o una debilidad, sustituyámosla pensando en la virtud opuesta o sublimémosla por amor a algo que realmente nos importe. Cuando menos atención se preste a un defecto, tanto mejor será, ya que llenando la mente con ese pensamiento será más difícil desarraigarlo; debemos ocuparla con la contraparte positiva.

La felicidad no reside en el vacío; con un estado negativo de renuncia no se llega a nada. Es necesaria la disociación de la mente de un valor negativo particular dándole otra cosa en que ocuparse. El método del reemplazo nos capacita para perdonar y para desalojar los complejos creados. No podemos librarnos de algo sin tener un sustituto que ocupe su lugar. La naturaleza exige llenar.

Swami Shivapremananda

La verdadera pobreza espiritual


El hombre debe hacerse realmente pobre y tan libre de su propia voluntad de criatura como lo estaba cuando nació. Y te digo, por la eterna verdad, que mientras desees cumplir la voluntad de Dios y tengas alguna ansia de eternidad y Dios, por tanto tiempo no eres realmente pobre. Sólo tiene una verdadera pobreza espiritual aquel no quiere nada, no sabe nada, no desea nada.



Eckhart

Avidez, amor y percepción


Es la avidez y no el amor lo que crea la dependencia y sus tristes consecuencias: el instinto de posesión, los celos y el miedo.
Vivir bajo la dependencia del otro no es amar. Es estar vacío interiormente y solo. La dependencia engendra el temor y no el amor.

La percepción sólo es posible cuando no hay imagen.  Eso es muy simple, la percepción es posible únicamente cuando no hay símbolo, ni ideas, ni palabras-todo lo cual es imagen.

J. Krishnamurti 

Sobre el juzgar a los otros


El mejor medio para ser feliz en esta vida no es pretender juzgar las acciones de nuestros semejantes, más bien ponerse en su situación, es decir tratar de comprender.

Para juzgar hay que comprender pero si se comprende no se puede juzgar.

Malraux 

Opuestos


En la vía, la eterna revolución del Yin y el Yang es constantemente conducida a la conciencia y acogida por la voluntad. El hombre aprende a abandonar toda forma realizada para admitir una nueva forma. El camino parece duro hasta que la oposición del Yin y el Yang se convierte en un ritmo de polaridades en las que el Tao se vive libremente.

El Ser que se manifiesta en la conciencia íntima toma cada vez un rostro distinto-según el opuesto del que haya salido el individuo.

La dualidad Yin Yang es una realidad universal. Tenemos también la dualidad entre lo existencial y lo esencial. Cada ser viviente está clavado en una cruz en la que se cruzan la horizontal y la vertical. La horizontal representa la realidad en el tiempo y el espacio; la vertical, lo Esencial.

Karlfried Graf Dürckheim

¿Qué es lo que le permite afirmar que existe un ser esencial?


Toda mi enseñanza gira en torno a la pretensión de afirmar que existe un ser esencial. No se trata en absoluto, de una realidad que existe en el hombre y en la experiencia que tiene de sí mismo.

Sería ridículo negar el mundo y atribuirlo a la imaginación, como hacen ciertas filosofías religiosas, para decir que no hay más que esa realidad interior... ¡Ciertamente no! Pero el mundo en el que el hombre se halla es el mundo del hombre, es decir, nosotros percibimos lo que nos rodea en función de lo que somos. Le transmito, a este respecto, una reflexión de un filósofo ruso que dice que para ver movimiento en el cine se necesitan diecinueve exposiciones por segundo. Por segundo, o sea, una pulsación. Imaginemos entonces un ser cuyo pulso lata mil veces más rápido y otro mil veces más lento. Para el primero, un movimiento muy rápido sería algo que apenas se mueve, mientras que para el segundo lo que apenas se mueve parecería un movimiento rápido. Dicho de otra forma, para uno el ritmo día-noche sería una sucesión vertiginosa de negro-blanco, negro-blanco, negro-blanco..., así serían sus días.

Por consiguiente, el mundo, tal y como nosotros lo concebimos, está totalmente en función de la estructura de la consciencia humana. Nosotros consideramos las cosas creyendo que son tal como se nos presentan; pero, en realidad, sólo existen en función de nosotros, de nuestra consciencia: una mosca, por ejemplo, tiene una sensibilidad completamente distinta a la nuestra. Estamos perdidos si queremos reflexionar sobre la realidad sin tener en cuenta al hombre...


K.G. Dürckheim

Trad. del Francés por David García Valverde

La pregunta es de Alphonse Goettmann.

domingo, 13 de enero de 2013

DOS REFLEXIONES SOBRE EL AMOR

El ser Humano que no se relaciona carece de totalidad, porque la totalidad sólo se logra a través del alma, y el alma no puede existir sin su otro lado, el cual siempre se encuentra en un "tú". La totalidad es una combinación de Yo y Tú, y éstos se muestran como partes de una unidad trascendente cuya naturaleza sólo puede ser captada simbólicamente, como en los símbolos del rotundum, la rosa, la rueda o el conjunctio Solis et Lunae (El matrimonio místico del Sol y la luna).

                                                                 Carl Gustav Jung

                                                   .............................................................


De verdad tenemos que entender a la persona que queremos amar. Si nuestro amor no es más que el deseo de poseer, no es amor. Si sólo pensamos en nosotros mismos, si sólo conocemos nuestras propias necesidades e ignoramos la de la otra persona, no podemos amar. Tenemos que mirar profundamente para ver y entender las necesidades, las aspiraciones, y y el sufrimiento de la persona que amamos. 
Éste es el fundamento del verdadero amor. Uno no puede resistir no amar a otra persona cuando de verdad la comprende.

Thich Nhat Hanh


Porfirio: Vida de Plotino

Dijo Plotino al morir:
                        "Estoy tratando de conducir lo divino que hay en mí a lo divino que hay en universo."

Recordando al Sr. Gurdjieff

"La lucha contra el "falso Yo", contra el rasgo o el defecto principal, es la parte más importante del trabajo, pero esta lucha debe traducirse en hechos, no en palabras. Con este fin el maestro da a cada uno tareas definidas que para ser llevadas a cabo exigen la conquista del rasgo principal. Cuando un hombre se encarga de cumplir con una de estas tareas, él lucha contra sigo mismo. Si evita las tareas, si esquiva su realización, esto significa ya sea que no quiere trabajar, o que no puede.
Por regla general, el maestro da al comienzo sólo tareas muy fáciles que no se pueden aún llamar tareas, y no habla de ellas sino con palabras encubiertas: más bien que darlas, las sugiere. Si ve que se le comprende y que las tareas se realizan, pasa luego a tareas más difíciles.
Estas nuevas tareas, aunque son sólo subjetivamente difíciles, se llaman "barreras". Una barrera seria tiene la particularidad que el hombre que llega a franquearla no puede jamas regresar a su vida ordinaria, a su sueño ordinario. Y si después de haber pasado la primera barrera, tiene miedo de las que siguen, si no va adelante, por así decirlo se detiene entre dos barreras y ya no puede ni avanzar ni retroceder. Nada peor puede sucederle a un hombre. Por eso, el maestro es siempre muy prudente en la elección de las tareas y de las barreras, en otras palabras, no se arriesga a dar tareas definidas que exigen la conquista de barreras interiores sino a aquellos que ya han sido probados en pequeñas barreras.
"A menudo sucede que las personas detenidas por alguna barrera, usualmente la más pequeña y la más simple, se levantan contra el trabajo, contra el maestro, contra los otros miembros del grupo y los acusan precisamente de lo que les acaban de revelar sobre sí mismos.
"Algunas veces se arrepienten después, y se culpan a sí mismos; luego vuelven la culpa a los demás; después de lo cual se arrepienten otra vez, y así sucesivamente. No hay nada que pueda mostrar mejor lo que es un hombre que su actitud hacia el trabajo y hacia el maestro después de haberlos abandonado.

G. I. Gurdjieff



Gurdjieff De Hartmann Rituals of a Sufi Order part 1

jueves, 10 de enero de 2013

Ramana Maharshi

Alma, mente y ego son meras palabras. No existen verdaderas entidades de esa clase. La consciencia es la única verdad. Olvidarnos de nuestra naturaleza auténtica es la muerte real; recordarlo, es el verdadero nacimiento.

                                           Toman este cuerpo por Bhagavan y le atribuyen sufrimiento. ¡Qué pena!
                                           Están abatidos porque Bhagavan va a dejarlos.
                                           Pero...¿a dónde puede ir y cómo puede hacerlo?


                                                          Ramana Maharshi

El método de purificación

Oh Raghava, sé externamente activo pero
interiormente inactivo, exteriormente un hacedor 
pero interiormente un no-hacedor, y representa así
tu papel en el mundo.

Oh Raghava, abandona todos los deseos
interirormente, libérate de los apegos e impresiones
latentes, hazlo todo exteriormente y representa así
tu papel en el mundo.

Oh Raghava, adopta un punto de vista
comprehensivo, caracterizado por el abandono de
todos los objetos de contemplación, vive en tu Ser
innato, liberado incluso mientras estás vivo (jivanmukta),
y representa así tu papel en el mundo.

Fragmentos del libro Yoga Vsishta sara - Traducido del inglés por Manuel Algora Corbi.

Como una vasija vacía en el espacio, (el conocedor
de la Verdad) está vacío tanto por dentro como por
fuera, y al mismo tiempo está lleno dentro y fuera,
como una vasija inmersa en el océano.

Aquel a quien ni gustan ni disgustan los objetos que
ve, y que actúa (en el mundo) como quien está
dormido, se dice que es una persona liberada.

Aquel que está libre de los nudos (de los deseos), y
cuyas dudas han sido puestas a descansar, está
liberado incluso mientras se halla en el cuerpo (jivan
mukta). Aunque parezca estar atado es libre.
Permanece como una lámpara en un cuadro.

El abandono de toda las tendencias latentes se dice
que es la mejor (esto es, real) liberación del sabio; es
también el método sin falta (para conseguir la
liberación).

DOS POEMAS DE HERMAN HESSE

                                                             JUEGO DE ABALORIOS


Música del universo y música de los maestros

estamos dispuestos a oír con devoción,
a conjurar a esos espíritus tan reverenciados
de tiempos más felices a las más puras fiestas.

Nosotros nos dejamos elevar por el secreto
de la mágica fórmula, en cuyo derrotero
lo ilimitado y tempestuoso, y también la vida
en claros símbolos fuera transcurriendo.

Resuenan cristalinos, como efigies de estrellas
en su servicio tuvo sentido nuestra vida,
y nadie puede de sus círculos caer
excepto hacia el consagrado centro.

Herman Hesse

                                                                LENGUAJE


El sol por medio de la luz nos habla,
con aroma y color habla la flor,
con nubes, nieve y lluvia habla
el aire. En el santuario del mundo
un impulso insaciable vive
para romper la mudez de las cosas,
y en la palabra, gesto, color, sonido,
declarar el secreto del Ser.
Aquí la clara fuente corre de las artes,
por la palabra lucha la revelación,
por el espíritu el mundo, y luminosa anuncia
a través de humanos labios una experiencia eterna.
Toda vida se tiende hacia el lenguaje,
en voz y número, en el color, la línea o el sonido
nuestra sorda aspiración se conjura
y a los sentidos edifica un trono cada vez más alto.
En una flor el rojo y el azul,
en la palabra de un poeta se vuelve
al interior el edificio de la creación,
que empieza siempre y nunca tiene fin.
Y donde palabra y sonido se combinan,
donde una canción está sonando el arte se despliega,
y cada vez allí el sentido del universo
y toda la existencia de nuevo se conforma,
y cada canción y cada libro
y cada cuadro es un descubrimiento,
un nuevo intento, quizás el número mil,
para llenar la unión de lo que vive.
Para ingresar en esta unión
música y poesía os atraen,
para captar la creación variada
una mirada sola basta al espejo.
Lo que con su desconcierto nos afecta
claro y sencillo se vuelve en el poema:
la flor se ríe, la nube llueve,
tiene sentido el mundo, y lo que es mudo, habla.

Herman Hesse

La Traducción fue realizada por Rodolfo E. Modern



miércoles, 2 de enero de 2013

PARA TRANSFORMAR EL MUNDO DEBEMOS EMPEZAR POR NOSOTROS MISMOS.

Como lo dije la última vez que nos reunimos, los problemas del mundo son tan colosales, tan complejos, que para comprenderlos y así resolverlos, hay que abordarlos de manera muy simple y directa; y la simplicidad, la derechura, no dependen de las circunstancias externas ni de nuestros prejuicios y estados de ánimo en particular. Como lo he señalado, la solución no ha de encontrarse por medio de conferencias ni de proyectos, ni sustituyendo a los viejos dirigentes por nuevos, etc. La solución, evidentemente, está en el creador del problema, en el causante del daño, de los odios y enormes desavenencias que existen entre los seres humanos. El causante de este daño, el creador de estos problemas, es el individuo -vosotros y yo- no el mundo tal como lo concebimos. El mundo es vuestra relación con los demás. El mundo no es algo que esté separado de vosotros y de mí; el mundo, la sociedad, es la interrelación que establecemos o tratamos unos con otros.
De suerte que vosotros y yo somos el problema, no el mundo; porque el mundo es la proyección de nosotros mismos, y para comprender al mundo tenemos que comprendernos a nosotros mismos. El mundo no es distinto de nosotros; somos el mundo, y nuestros problemas son los problemas del mundo.
Esto no puede repetirse con demasiada frecuencia, porque somos de mentalidad tan indolente que no creemos de nuestra incumbencia los problemas del mundo; creemos que deben ser resueltos por las Naciones Unidas o reemplazando los viejos dirigentes por otros nuevos. Es una mentalidad bien torpe la que piensa de ese modo; porque nosotros somos responsables de la horrible miseria y confusión que hay en el mundo, de la guerra que nos amenaza. Para transformar el mundo debemos empezar por nosotros mismos; y, como lo he dicho, lo importante al empezar por nosotros mismos es la intención. La intención tiene que consistir en comprendernos a nosotros mismos, y en no dejar para otros el transformarse o producir un cambio modificado mediante la revolución, de izquierda o de derecha. Es, pues, importante comprender que esta es nuestra responsabilidad, la vuestra y la mía; porque, por pequeño que sea el mundo en que vivimos, si podemos transformarnos, si podemos hacer surgir un punto de vista radicalmente diferente en nuestra existencia diaria, entonces, tal vez, afectaremos al mundo en general, las extensas relaciones de unos con otros.

Krishnamurti