Un hombre perdió su hacha.
Sospechaba del hijo de su vecino.
Al observar su forma de caminar, le parecía
que era la propia de un ladrón de hachas;
su fisonomía, la de un ladrón de hachas;
todos sus movimientos y gestos eran, sin excepción,
los propios de un ladrón de hachas.
Al poco tiempo, el hombre fue a cavar
al valle y se encontró su hacha.
Al día siguiente cuando volvió a ver
al hijo de su vecino, ni uno solo de sus movimientos
o gestos le parecieron los de un ladrón de hachas.
Nota: Cuento del Shuoo Fu de Lie Tzu.
Sospechaba del hijo de su vecino.
Al observar su forma de caminar, le parecía
que era la propia de un ladrón de hachas;
su fisonomía, la de un ladrón de hachas;
todos sus movimientos y gestos eran, sin excepción,
los propios de un ladrón de hachas.
Al poco tiempo, el hombre fue a cavar
al valle y se encontró su hacha.
Al día siguiente cuando volvió a ver
al hijo de su vecino, ni uno solo de sus movimientos
o gestos le parecieron los de un ladrón de hachas.
Nota: Cuento del Shuoo Fu de Lie Tzu.