jueves, 10 de enero de 2013

DOS POEMAS DE HERMAN HESSE

                                                             JUEGO DE ABALORIOS


Música del universo y música de los maestros

estamos dispuestos a oír con devoción,
a conjurar a esos espíritus tan reverenciados
de tiempos más felices a las más puras fiestas.

Nosotros nos dejamos elevar por el secreto
de la mágica fórmula, en cuyo derrotero
lo ilimitado y tempestuoso, y también la vida
en claros símbolos fuera transcurriendo.

Resuenan cristalinos, como efigies de estrellas
en su servicio tuvo sentido nuestra vida,
y nadie puede de sus círculos caer
excepto hacia el consagrado centro.

Herman Hesse

                                                                LENGUAJE


El sol por medio de la luz nos habla,
con aroma y color habla la flor,
con nubes, nieve y lluvia habla
el aire. En el santuario del mundo
un impulso insaciable vive
para romper la mudez de las cosas,
y en la palabra, gesto, color, sonido,
declarar el secreto del Ser.
Aquí la clara fuente corre de las artes,
por la palabra lucha la revelación,
por el espíritu el mundo, y luminosa anuncia
a través de humanos labios una experiencia eterna.
Toda vida se tiende hacia el lenguaje,
en voz y número, en el color, la línea o el sonido
nuestra sorda aspiración se conjura
y a los sentidos edifica un trono cada vez más alto.
En una flor el rojo y el azul,
en la palabra de un poeta se vuelve
al interior el edificio de la creación,
que empieza siempre y nunca tiene fin.
Y donde palabra y sonido se combinan,
donde una canción está sonando el arte se despliega,
y cada vez allí el sentido del universo
y toda la existencia de nuevo se conforma,
y cada canción y cada libro
y cada cuadro es un descubrimiento,
un nuevo intento, quizás el número mil,
para llenar la unión de lo que vive.
Para ingresar en esta unión
música y poesía os atraen,
para captar la creación variada
una mirada sola basta al espejo.
Lo que con su desconcierto nos afecta
claro y sencillo se vuelve en el poema:
la flor se ríe, la nube llueve,
tiene sentido el mundo, y lo que es mudo, habla.

Herman Hesse

La Traducción fue realizada por Rodolfo E. Modern