“Entrégate
del todo… Aunque tuvieras que
perder
la cabeza, ¿por qué llorar por ella?”
o a
un Rumi, que sabía muy bien
de
esta experiencia cuando recomendaba:
Decapítate…¡Disuelve
en la Visión todo tu cuerpo: conviértete en visión,
visión,
visión!