miércoles, 23 de enero de 2013

Cuatro nobles verdades



"Yo no enseño más que una cosa, oh! discípulos, el sufrimiento y la liberación del sufrimiento".

Quintaesencia de la doctrina budista, el sermón de Benarés, pronunciado por Buda ante sus primeros discípulos, expone la Verdad del dolor, la Verdad del origen del dolor, la Verdad de la cesación del dolor y la Verdad de la senda que conduce a la cesación del dolor. Nadie escapa al sufrimiento. La enfermedad, la vejez, la muerte son el lote común de la humanidad entera. Ni siquiera la alegría más profunda perdura. El aspecto transitorio de la vida y la imperfección de las cosas contribuyen al tormento. Esta verdad, constatada fuera de la influencia de las emociones, debe animar a cada ser a cultivar su "naturaleza de Buda".
El deseo, la ignorancia y la ilusión, especialmente la que nos lleva a creer en la permanencia del ser; forman las raíces de los males que nos aquejan. La cesación del dolor pasa por su extinción. Suprimir el deseo no consiste en reprimirlo o rechazarlo. Esto equivaldría a un nuevo dolor. El objetivo es desembarazarse de las percepciones erróneas, eliminar las influencias mentales que constituyen las fuentes de toda obstrucción. Aquel que actúa contra la codicia, el odio y el error se libera del deseo, escapa de las garras del miedo.
La cuarta noble verdad propone una regla de vida con el fin de combatir la ilusión. Este camino para alcanzar la libertad perfecta erradica las pasiones. A través del examen profundizado de las realidades, la liberación, transformación indisociable de la práctica budista, exige un justo equilibrio del espíritu y la observancia de una ética. Todo un arte de vivir.

Jean-Luc Toula-Breysse